OPINIÓN/LA DIETA IDEAL / Ecológica, de temporada, local y con amor…

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Updated: diciembre 4, 2023

Pedro Burruezo vuelve a las andadas y nos describe en este artículo cuál es la dieta ideal. Incluye conceptos que pasan desapercibidos para muchos de los defensores del mundo ecológico. Porque la mejor dieta del mundo es la que se cultiva, se cocina y se consume con amor.

Hay que comer para vivir, no vivir para comer
Cicerón 

Imaginen ustedes a alguien que, en su casa, en soledad, delante de una pantalla, se come un plato de lo que sea… y en ecológico. Por muy “bio” que sea, no es saludable. Lo más sano es comer en compañía, en familia, distendidamente. La dieta mediterránea incluye eso, también. Hay que comer conversando, debatiendo, compartiendo la alegría y la pena del otro. Y, luego, si es posible, hacerse una siesta escueta. Si el alimento ha sido cultivado, cocinado y consumido con amor y agradecimiento… es el sumun de la salud y de la verdad. Todo lo demás es un camino a medias.

EL ECOLOGISTA AL USO
El ecologista al uso, sumido en la ideología materialista, adscrito a las principales ideas de la sociedad de masas y tecnocientífica, te dirá que el alimento más sano es el alimento ecológico, local, de temporada, más vegetal que animal, etc. Y, en cierta forma, tiene toda la razón del mundo, una razón que nosotros suscribimos con rotundidad. Pero, para ser sinceros, eso es sólo la mitad del sendero. El alimento más provechoso es el que se cultiva, se cocina y se consume con afán de servicio, de agradecimiento y de ternura. ¡Qué poco saben de ternura los capitostes de la industria alimentaria! Y eso incluye a algunas empresas productoras de alimentos ecológicos, que, subidos al carro del afán de lucro, ven el asunto como un negocio, y no como una oportunidad para servir al bien común.

EL CALOR DEL HOGAR
Desde un punto de vista espiritual, no hay casi nada más notorio que alimentar al necesitado. En la mesa, debería siempre estar dispuesto un cubierto más para el que, sea por lo que sea, lo ha perdido todo. Cultiva, cocina y sirve con cariño y dulzura. Y, si puede ser, sirve al hambriento: no hay comida más nutritiva ni alimento más sabroso. Comparte la mesa y el plato: hay en ello un gran bien. Hoy, vivimos y comemos aislados. El alimento ecológico tiene que ser visto a la luz de un prisma holístico que incluya las nociones y los conceptos que la ideología moderna detesta. Y la modernidad es aporofóbica (odia la pobreza) y se le atraganta la abstención: por eso el alimento que se ingiere en familia y tras un largo ayuno… es el más valioso del mundo. Además, sabe a gloria…

COMER NO ES SOLO COMER
Efectivamente, comer no es sólo comer. Es mucho más que ingerir alimentos. Comer, de una forma o de otra, puede ayudar a decantar la balanza del lado de la regeneración o de la destrucción. No importa sólo tu salud y la de los tuyos más próximos. Importa, también, la salud de los ecosistemas y el bien de la sociedad. Pero también hay que pensar en los necesitados y en los que vendrán. Y, obviamente, comer ecológico, local, de temporada, más vegetal que animal, más artesano que industrial, es la mejor opción. Pero, además, hay que poner límites a la ingesta. El atracón no es algo muy ecológico. Comer pensando en el que pasa hambre es sanador y terapéutico. Cocina, con cariño y delicadeza, pensando siempre en el vecino, en el amigo, en el familiar… Reparte las joyas que salen de tu cocina. Esto contribuye grandemente a la creación de una sociedad más justa, armónica y bella. Si hay alguien impedido en tu hogar o en tu calle, ayúdale a comer: te estarás haciendo a ti mismo un gran favor.