VINOS SIN ALCOHOL / La tendencia no para de crecer

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Updated: julio 7, 2025

María Alejandra Bidaseca publica un texto en “Vinetur” del que seleccionamos algunos fragmentos de interés. En asunto está claro y ya hemos escrito aquí de eso. Pero es que los datos no cesan de confirmar las aseveraciones que llevamos publicando en esta atalaya informativa desde hace años. El aumento de vinos sin alcohol crece en todas partes. Y algunos de eso vinos son ecológicos, también. La tendencia no dejará de subir en los próximos años, según los especialistas.

Dice María Alejandra Bidaseca: “Durante décadas, el vino fue sinónimo de alcohol. En cada brindis, en cada copa compartida, el contenido alcohólico formaba parte del ritual, casi como un requisito. Pero hoy el escenario está cambiando. Y lo hace con fuerza. Cada vez más consumidores buscan una forma de disfrutar del vino sin los efectos del alcohol. Ya no se trata solo de salud, sino de libertad: libertad para elegir, para compartir, para cuidarse… sin renunciar al placer”. Y continúa: “Lejos de ser una tendencia pasajera, los vinos de baja graduación o completamente desalcoholizados están creciendo con paso firme. En países como Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, la categoría ya ocupa un lugar visible en góndolas, cartas de bares y hasta en catas profesionales”.

LAS RAZONES
“¿Las razones? Variedad de motivos: desde el simple deseo de moderar el consumo, hasta embarazos, prácticas deportivas, o un estilo de vida más consciente. Lo cierto es que la demanda está ahí, y el mercado responde”, señala Bidaseca. Nosotros añadiríamos que también cada vez hay más personas que, por motivos de índole espiritual, deciden renunciar al alcohol y a cualquier sustancia estupefaciente.

TECNOLOGÍAS
“Quizás lo más interesante de este movimiento es que los vinos sin alcohol ya no son un ‘sustituto’ de segunda. Gracias a tecnologías como la destilación al vacío, la osmosis inversa o la fermentación controlada, los productores han logrado conservar lo mejor del vino —sus aromas, su acidez, su textura— reduciendo o eliminando su graduación alcohólica. Y eso se nota en la copa: blancos frescos, tintos ligeros, espumantes vivos. Vinos que no piden permiso para formar parte de una mesa, de un aperitivo o incluso de una celebración importante” aclara la colabora de “Vinetur”. Efectivamente, algunos d ellos primeros vinos sin alcohol, desde un prisma organoléptico, dejaban mucho que desear. Pero las tecnologías han avanzado y también el conocimiento. Y muchos de estos vinos ya tienen un sabor muy aceptable.

ELECCIONES
Dice Bidaseca: “Detrás de esta categoría emergente hay algo más que técnicas de elaboración. Hay un mensaje: el vino también puede ser inclusivo. En lugar de hablar de ‘restricción’, se habla de ‘elección’. En lugar de ausencia, se propone una nueva forma de presencia.Por eso, muchas bodegas están apostando por un diseño de etiquetas más relajado, moderno, con colores suaves, tipografías limpias y mensajes positivos. Ya no se trata solo de vender una botella, sino de comunicar un estilo de vida”. Sí, un estilo de vida más saludable… La opción “salud” figura entre las primeras del cambio de elección de muchos consumidores. Por ello, cada vez se amplía más la oferta de “caldos” sin alcohol y ecológicos.

¿NUEVOS PÚBLICOS?
Los nuevos vinos podrían estar atrayendo ahora, ya, a nuevos públicos. “Sí. Absolutamente. Los vinos low y sin alcohol abren la puerta a nuevos públicos: personas jóvenes, consumidores curiosos, comunidades con restricciones culturales, y también a quienes ya aman el vino, pero buscan alternativas para ciertos momentos del día. Además, representan una oportunidad comercial clara. Según el informe de IWSR, el mercado global de bebidas sin alcohol y de baja graduación crecerá más del 30% en los próximos tres años. Y los vinos, sin duda, tendrán un rol destacado en esa expansión”, señala Bidaseca.

SI BEBES, NO CONDUZCAS
Una de las grandes causas de accidentes de tráfico es el consumo de alcohol y de otras sustancias “obnubiladoras”.La gente quiere poder disfrutar del vino low y, al mismo tiempo, poder conducir para volver a casa. También hay cada vez más jóvenes que deciden situarse al margen de posibles adicciones futuras que socaven sus posibilidades profesionales y sociales, porque el alcohol, no lo olvidemos, esconde caras oscuras muy peligrosas. “En un mundo que valora cada vez más la diversidad, el bienestar y la autenticidad, el vino también se adapta. Porque el disfrute no siempre necesita grados para ser profundo. Porque brindar puede ser, también, una forma de cuidarse.Y porque en definitiva, el placer —como el vino— también evoluciona”, señala Bidaseca.  En el sector ecológico ya hay vinos sin alcohol  desde hace años. Y cada vez serán más. Por ejemplo, Pierre Zéro Signature, Cero Chardonnay, Aldea 0…  Es una tendencia que va a seguir creciendo. Y nos alegramos de ello.