Viñedo ecológico: Una moda que viene de lejos

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Updated: abril 23, 2021

Los últimos datos que ha ofrecido el Consejo Regulador de la DOP Utiel-Requena acerca de la superficie de viñedo cultivada bajo pautas ecológicas deja bien a las claras la evolución al alza en esta transformación. En los últimos 4 años la superficie de viñedo ecológico en esta zona vitivinícola ha crecido en casi un 50%, pasando de 6.899 hectáreas en 2016 a 10.183 en el pasado 2020, o lo que es lo mismo, casi una de cada tres hectáreas de viña adscritas a la DOP Utiel-Requena ya son cien por cien ecológicas.

Lo cierto es que el dato suele asociarse en gran medida a una mayor concienciación del consumidor, interesado cada vez más en el consumo de productos ecológicos; pero poco se habla sobre el compromiso y la actitud del viticultor, garante al fin y al cabo de un patrimonio heredado que ha de pasar a la siguiente generación en las mejores condiciones.

Ernesto Pardo es un viticultor de Las Monjas (una pequeña pedanía del municipio de Venta del Moro, al oeste de la provincia de Valencia) que hace ya treinta años decidió apostar por un cultivo menos agresivo con la tierra en sus poco más de veinte hectáreas de viñedo. Para iniciar el proceso de certificación ecológica (se necesita un mínimo de tres años para liberar la tierra de productos químicos artificiales) tuvo que desplazarse hasta Madrid, ya que por entonces aún no estaba constituido el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV), del que, por cierto, ha formado parte desde su creación, ocupando en algunas etapas diferentes puestos en su organigrama. Lo recuerda casi como «un acto de fé. Ahora parece que está de moda lo ecológico, y es relativamente sencillo tramitar toda la certificación, pero entonces había muy poca información sobre estos temas».

Ernesto es consciente de que trabajar los cultivos bajo pautas ecológicas implica multiplicar los riesgos de que la viña sufra alguna enfermedad, pero asegura que «siempre me ha parecido muy importante cuidar la tierra y la planta. Trabajar en ecológico implica no poder usar determinados productos químicos que actúan cuando surgen problemas en la viña, por lo que la prevención y la anticipación son vitales. Por fortuna en esta comarca el clima facilita mucho poder trabajar en ecológico sin muchos sobresaltos, ya que es un clima bastante seco». Y es que es precisamente el particular microclima de Utiel-Requena uno de los principales factores que favorecen un correcto desarrollo bajo pautas ecológicas, tanto es así que, en la actualidad, el 76% del viñedo de vinificación ecológico de la Comunitat Valenciana está ubicado en esta zona.

La imposibilidad de emplear tratamientos convencionales en el viñedo ha impulsado la proliferación de nuevas técnicas para evitar plagas como la de la polilla del racimo, un sistema que ya ha implantado Ernesto (al igual que los viticultores de 7.354 hectáreas de viñedo en Utiel-Requena) en la mayoría de sus viñedos. Se trata de una técnica que merecería capítulo aparte. Se basa en provocar la confusión sexual de la polilla impregnando el viñedo con feromonas femeninas que confunden a los machos de las polillas. Es un método biotécnico que supedita su efectividad a la solidaridad y compromiso de los viticultores de la zona, ya que a mayor superficie tratada menor posibilidad de reproducción.