Territorio hostil para el «greenwashing». Solo se expone y se vende lo que es realmente ecológico
Los expertos de la Comisión Europea calculan que existen en el mercado más de 230 etiquetas que, supuestamente, permiten a los consumidores comparar el impacto ambiental de todo lo que compran. Sin embargo, han detectado que muchas de ellas se basan en sistemas de verificación deficientes, lo que permite el “greenwashing” o “lavado de cara verde” a gran escala. BioCultura BCN se celebra los primeros días de mayo en BCN y en la feria no se vende ni se publicita ni un solo producto que no tenga el pertinente certificado “bio”, ecológico, orgánico… BioCultura es un territorio hostil para el “greenwashing”. Para detener los fraudes hace falta algo más que buenas intenciones…
La publicación estadounidense especializada Olive Oil Times, en un artículo firmado por Daniel Dawson, señala que el número de etiquetas que pretenden mostrar el impacto ambiental de los alimentos ha aumentado rápidamente en los últimos años, con ejemplos que van desde Planet-Score y Foundation Earth hasta una etiqueta climática Nutri-Score modificada. Pero la mayoría de estas etiquetas son sólo “greenwashing” o “lavado de cara verde”. Dicho en castellano de toda la vida: “Mucha jeta”. Se anuncian como sostenibles y “verdes” productos que no lo son en absoluto. También en la alimentación. O, mejor dicho, especialmente en la alimentación.
¿MEDIDAS…? ¿QUÉ MEDIDAS?
Ahora, la Comisión Europea ha propuesto dos medidas destinadas a limitar qué sistemas pueden introducirse en el mercado y bloquear otros por completo: la primera establece que las nuevas etiquetas “ecológicas” creadas por empresas privadas deben ser más ambiciosas que las ya existentes para recibir la aprobación de los gobiernos de los Estados miembros, y la segunda medida prohíbe las etiquetas “ecológicas” introducidas por entidades públicas nacionales o regionales, salvo los sistemas públicos desarrollados a escala de la Unión Europea. En este sentido, la Comisión ya está trabajando en la creación de su propia etiqueta de alimentos sostenibles. “¿Comorrrrrrr?”. Esto podría servir para un chiste del gran Chiquito. Porque aquí también puede haber truco. Ya hemos denunciado en no pocas ocasiones que se prepara a escala europea una nueva reglamentación que puede ser muy dañina para el sector ecológico. Se nos venderán, con etiquetas “sostenibles”, alimentos que estarán muy lejos de ser ecológicos y/o naturales. Es una nueva forma de etiquetaje que interesa en gran medida a la gran industria, que podrá colocar (legalmente) gato por liebre. Algunos expertos señalan que esto puede llegar a ser muy perjudicial para el sector ecológico y que se vuelva así a los años en que todo era posible. Al consumidor se le sumirá en un desconcierto total.
“SOSTENIBILIDAD AUTOCERTIFICADA”: EL FRAUDE TOTAL
Funcionarios europeos de la UE han analizado recientemente un total de 232 etiquetas supuestamente ecológicas existentes y han comprobado que más de la mitad de ellas carecían de métodos de verificación para comprobar si los productos alimenticios eran tan sostenibles como decían o carecían por completo de ellos, concluyendo que muchas etiquetas presuntamente ecológicas eran confusas, ya que algunas se basaban en la autocertificación de las empresas productoras de los alimentos, sin decirlo explícitamente, lo que podría llevar a los consumidores a desconfiar de todas las etiquetas ecológicas. Por eso, comentan desde BioCultura, “en la feria no se expende ni se publicita ni se muestra nada que no lleve el pertinente sello ecológico homologado. Aquí no hay trampa ni cartón. Todo es ecológico de verdad. El sello ecológico es el único válido. Ahora mismo, proliferan sellos de ‘sostenibilidad’ que son un engaño y que no certifican absolutamente nada”. De todas formas, con el permiso de los funcionarios de la CE, es necesario comentar que no hacía falta este estudio de la UE, que no sabemos cuánto habrá costado. Todos los protagonistas del sector ecológico sabemos de un montón de etiquetas fraudulentas… desde hace años. Les podríamos haber dado nosotros mismos la lista y se habrían ahorrado ese dinero.
NUESTRA LECTURA
Según una nota de prensa divulgada estos días en varios medios, “antes de que cualquiera de las dos Directivas sobre alegaciones ecológicas se convierta en ley, deberán ser aprobadas por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea. La decisión de regular más estrictamente las etiquetas ecológicas se produce en un momento en que la Comisión también presenta planes para eliminar las declaraciones medioambientales vagas, engañosas y sin fundamento de los envases alimentarios”. Nosotros hacemos otra lectura… Podría estar preparándose una nueva legislación, dentro de la Unión Europea, que, con la excusa de quitar de en medio supuestos etiquetajes fraudulentos (que los hay), sea/fuera una forma de dar cobertura legal a otros hipotéticos nuevos y futuros etiquetajes que sean más de lo mismo… pero con la connivencia de la Administración. Esto sería la panacea para la gran industria. Mientras la industria alimentaria sigue engañándonos, con la connivencia o no de los estados miembros de la UE, es mejor curarse en salud y adquirir productos que sean siempre ecológicos con el sello homologado, el de la hojita verde. “En BioCultura BCN”, señalan desde la organización, “sólo hay productos que son realmente ecológicos. Llevamos con esta apuesta más de cuarenta años. Hemos luchado mucho por llegar a un sistema público de certificación. Ahora mismo, el mundo ecológico está en peligro desde varios frentes. Pero a nosotros nadie nos va a engañar ni nos a mover de nuestro sitio. Defendemos al planeta, la salud, a los consumidores, la biodiversidad, los entornos rurales, el clima, etc. Muchos y muchísimos estudios científicos nos avalan. No queremos más fraudes: ni ilegales ni legales”.