SECTOR ECOLÓGICO/FRENO A LA EXPANSIÓN/La crisis está afectando al sector “bio”

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Updated: noviembre 22, 2022

Los datos del consumo interno de alimentos ecológicos en España, y en general en toda Europa, no son tan positivos como en otros momentos. La alta inflación, el desempleo, la incertidumbre económica y la falta de perspectivas de futuro… están propiciando el estancamiento del consumo. Y, por otro lado, parte de ese consumo se está desplazando a las grandes superficies, que sustituyen a las tiendas especializadas. Este profundo texto de Ángeles Parra analiza la situación.

La producción de alimentos ecológicos en España sigue creciendo. Cada vez son más las hectáreas dedicadas a la producción “bio”. En los últimos años, España había aprobado una asignatura pendiente: el consumo interno de alimentos ecológicos. Habíamos ingresado en el ranking internacional dentro del Top Ten, aunque en el último lugar. Ya estábamos entre los 10 primeros, junto con Dinamarca, Alemania, etc. Sin embargo, parece que la expansión del consumo interno se está frenando. Y no sólo eso. Se frena y, también, se desplaza hacia otros espacios…

DATOS CONCLUYENTES
Según publicaban los medios en julio, el consumo de alimentos ecológicos se ha estancado en España, según un conjunto de estudios de la consultora Kantar presentados durante la 4ª Universitat d’Estiu de Mercabarna. La crisis está afectando también al sector ecológico, que hasta ahora había salido indemne de otros problemas. Sin embargo, los datos del mismo informe indican que la compra de productos premium ha crecido un 10% entre 2014 y 2021, especialmente los de proximidad, aunque tres de cada cuatro consumidores no los consumen.

EL PRECIO ES IMPORTANTE
Según el citado estudio, las encuestas realizadas revelan que el 63,1% de los españoles se quiere cuidar a través de la práctica del deporte o mejorando su alimentación, mientras que el 15,2% quiere hacerlo «pero no puede» y el 21,7% no quiere cuidarse.  Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el gasto de los consumidores españoles en productos ecológicos alcanzó, en el año 2021, los 2.752 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 8% respecto al año anterior. Por su parte, según las mismas fuentes, el porcentaje de gasto en alimentos ecológicos respecto al gasto total alimentario en España en dicho año se situó en un 2,50%, indicando un crecimiento de cerca del 12% respecto a 2019. Pero las cosas están cambiando. En general, el gasto en alimentación de las familias se ha reducido muchísimo en los últimos meses. Los consumidores “eco” se resistían a seguir esta tendencia. Pero la alta inflación y la crisis coyuntural, unido a la falta de noticias ilusionantes y al proceso bélico en Ucrania, está haciendo que el consumo “bio” también se resienta.

DESPLAZAMIENTO
Ya en 2019, podíamos leer en los medios del sector que “en los últimos años se observa en la distribución especializada una evolución de los formatos. El formato comercial originario de hace unos años que recoge pequeñas tiendas especializadas (herbolarios y ecotiendas) está evolucionando hacia estructuras de supermercados ecológicos de más dimensiones, mayor oferta y categorías”. El consumidor de alimentos ecológicos, como no había hecho prácticamente hasta la fecha, busca ahora ofertas, descuentos, oportunidades… Quiere seguir consumiendo ecológico y de proximidad, pero está abierto a buscar oportunidades, cosa que no había hecho hasta ahora. Y, en no pocas ocasiones, las oportunidades más jugosas están en los supermercados ecológicos más grandes y las grandes superficies, que también venden alimentos convencionales. Aldi y Lidl siguen innovando e introduciendo nuevas referencias de forma continuada. El Corte Inglés sigue introduciendo nuevas referencias. Carrefour sigue apostando fuerte en ese sentido. Por su lado, los supermercados convencionales también han comenzado a ofrecer en los últimos años un mínimo surtido de productos ecológicos, principalmente de alimentación seca, pero que en algunos casos ya es relevante y que incluyen fruta y verdura. Decididos ejemplos de esto son las enseñas Día y Consum, entre otros. Por todo ello, aunque es algo difícil de medir, el consumo de algunos clientes habituales del sector ecológico se está desplazando hacia las grandes superficies y/o los súpers “bio”.

UN PEZ QUE SE MUERDE LA COLA
El sector ecológico tiene un buen poder de convocatoria aún. Su resiliencia muestra cómo todavía, a pesar de tan negativo marco socioeconómico general, la producción, el consumo y el comercio exterior de los productos ecológicos españoles mantuvieron sus trayectorias de crecimiento y su consolidación como línea significativa de alimentación de buena parte de los consumidores españoles en los peores momentos de la pandemia y ahora, en la crisis. Pero no es oro todo lo que reluce y es inútil seguir amparándonos en esos datos que, fijándose en el bosque, no nos dejan ver los árboles. Muchas tiendas de toda la vida están cerrando. Algunos pequeños productores pequeños lo están pasando tan mal que, por la subida de precios y de combustibles, tienen que subir precios ellos también. Lo que hace que sus productos sean menos competitivos y el pez sigue mordiéndose la cola.

CONSUMIDORES ENGAÑADOS
En palabras de J. Antoni Valls, director de Alimentaria (que en su última edición apostó notablemente por la alimentación orgánica), «las últimas tendencias del sector de la alimentación apuntan claramente, y cada vez con más fuerza, hacia la sostenibilidad». España es el mayor productor europeo de agricultura ecológica y ha duplicado sus ventas en los últimos cinco años, por lo que «era necesario que Alimentaria 2022 contase con un espacio diferenciado dentro del certamen dedicado a este segmento en auge». De una parte, a un director de una feria como Alimentaria le corresponde ser más papista que el Papa y mostrar un positivismo que no siempre se corresponde con la realidad. Y destaquemos también que Valls habla de sostenibilidad… Sí. Ahora todo es sostenibilidad. El “greenwashing” lo inunda todo. Se habla de alimentos “sostenibles” cuando nos referimos, en muchas ocasiones, a alimentos convencionales. Nos quieren convencer de que un alimento vegano convencional es un alimento ecológico. En este marco, el sector ecológico primordial pierde fuelle ante la gran industria: o bien porque desplaza el consumo ecológico hacia sus grandes superficies; o bien porque redirige las ganas de sostenibilidad hacia productos que no son ni ecológicos, ni locales, ni sostenibles. Dejémoslo claro: la alimentación más sostenible es la que procede de la agroecología local, más vegetal que animal, lo más artesana posible, con packagings sin plásticos, en mercados y tiendas de pequeñas proporciones… Lo demás puede ser necesario para la transición, pero no como objetivo en sí mismo.

ECOR-NATURASI, ITALIA
Como ya hemos dicho, en efecto, se está produciendo un desplazamiento de las ventas del sector ecológico. Tradicionalmente, la mayoría de los consumidores “bio” compraban en los establecimientos especializados. Pero, como estamos viendo, y los datos son elocuentes, las grandes superficies están acaparando, cada vez más, la atención de los compradores, acuciados por la crisis. En este sentido, la última edición de BioCultura Madrid 2022 contó con una jornada dedicada, precisamente, a este asunto: Asociación Vida Sana y ASOBIO organizaron una jornada de reflexión y debate sobre la situación, evolución y retos de la distribución ecológica especializada. En su presentación, Fausto Iori (Ecor-NaturaSi, Italia) explicó el modelo de integración construido con productores, elaboradores, distribuidores y 350 tiendas que ha llevado a su grupo empresarial al liderazgo de la distribución italiana. Iori destacó como idea fundamental que los actores implicados en la red Ecor-NaturaSi comparten un “ideal ecológico” indispensable, presente en toda actividad de la empresa, y que no debe confundirse ni mezclarse con los objetivos económicos. El canal especialista debe tener una línea propia, clara, coherente y bien definida. José Navarro, director general de Herbolario Navarro, mencionó las desventajas del canal especialista con respecto al convencional y reivindicó la calidad de producto y servicio originales del canal especialista como mejor estrategia para combatirlas. En este sentido, Navarro destacó el valor de acercar la tienda al productor y producto locales. Nacho López, director general de Espacio Orgánico, abundó en la idea de potenciar lo que hace diferente y mejor al canal especialista desde el punto de vista de la propia tienda. Para López, “tenemos que creer en que somos buenos” y “no debería resultarnos tan difícil explicar lo que hacemos bien”. Además, destacó la especial importancia de la experiencia de compra del cliente en el canal especialista y cómo la venta on-line no la favorece.

SOLUCIONES DESDE FRANCIA
Francia había sido un país donde, desde siempre, la venta de productos ecológicos se había realizado, mayoritariamente, en espacios especializados. Pero también están cambiando las cosas en el país galo. La feria de productos orgánicos de París acaba de cerrar sus puertas en un contexto de caída de las ventas, algo inédito en Francia. En un año, las ventas de ecológico han caído un 5% en valor en supermercados y un 16% en tiendas especializadas. Este declive es tanto más llamativo cuanto que lo orgánico ha progresado de forma deslumbrante durante los últimos diez años… en Francia, alcanzando un crecimiento del 20% anual entre 2016 y 2019. Este aterrizaje forzoso está en parte relacionado con la inflación. Los precios de los alimentos han aumentado un 12% en un año. Como resultado, las estanterías de los supermercados han dejado más sitio a los primeros precios. Esto hace que la oferta orgánica sea menos diversificada y menos visible, y penaliza aún más al sector. Según una nota de prensa del salón, “el declive de lo orgánico había comenzado antes del baile de las etiquetas y de cierta confusión en los consumidores. El logotipo de AB respeta especificaciones públicas y controladas. Pero está compitiendo con multitud de nuevas etiquetas autoproclamadas por los propios fabricantes: las famosas ‘sin nitritos’, ‘sin pesticidas’ y otras ‘sin antibióticos’… Y, luego, lo orgánico también se enfrenta al desarrollo de compras locales… que no necesariamente son orgánicas. El costo adicional de lo orgánico también es un obstáculo importante”.  De otro lado, la inflación y los precios cada vez más elevados están empezando a hacer mella en el hasta ahora fiel consumidor francés: “Es cierto, los precios pueden ser entre un 30 y un 50% más caros que los convencionales en el sector ecológico, como mínimo”, dicen desde la organización de la feria. Una forma de seguir expandiéndose es provocar, mediante legislaciones públicas, que en los comedores escolares y hospitales el 20% de la alimentación sea orgánica. Desde la Agencia Orgánica, responsable de promover el modelo que ha funcionado hasta ahora en Francia, la gran mayoría de los franceses tienen los medios para poner un poco más orgánico en su plato todos los días. Esto implica, en particular, diversificar su dieta, comprar artículos de temporada, a granel y ventas directas para reducir su ’factura orgánica’. La agencia orgánica también recomienda incluir alimentos orgánicos en un posible bono de alimentos destinado a personas en situaciones de precariedad. Esto serían soluciones viables. Pero quizás es que el sector ecológico, al menos en Francia, ha tocado techo. De hecho, algunos expertos analizan que el mercado ya no puede progresar, o casi. Para otros, lo orgánico no ha dicho su última palabra porque aún quedan sectores por conquistar, como los restaurantes, por ejemplo. En cuanto a los comedores escolares, ofrecen solo un 6% de productos orgánicos cuando deberían estar en un 20% este año, según la ley Egalim. Por su parte, la agencia orgánica hace un llamamiento a las autoridades para que realicen campañas publicitarias. Se trata de promover esta agricultura que responde a los desafíos climáticos y ambientales. Agricultura que crea puestos de trabajo y es menos dependiente de insumos externos. La pregunta es si el desplazamiento va a seguir dándose en España, Francia… y si acabaremos adoptando modelos como el sueco, por ejemplo, donde todos los alimentos ecológicos, prácticamente, se expenden en grandes superficies y similares. No somos adivinos. Pero muchas cosas apuntan hacia ese modelo.