“Sanar el cuerpo es sanar el alma y sanar el alma es sanar el cuerpo”

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Updated: septiembre 25, 2023

BioCultura Bilbao o, dicho de una forma poética y poliidiomática, “BioKultura”, es la próxima cita con el gran doctor Karmelo Bizkarra. El sábado, 7 de octubre, a las 18h, en la Sala 1B. No te puedes perder esta charla apasionante en la que Bizkarra, el prestigioso médico higienista, nos hablará de la salud desde un prisma holístico…

Diez gramos de prevención equivalen a un kilogramo de curación
Lao Tse

Sanar el alma herida” es el título de tu conferencia en BioCultura Bilbao. ¿Sanar al alma es imprescindible para sanar al cuerpo?
-No se habla de “saludes”, en plural; se habla de “salud”, en singular. La salud sólo es una, del mismo modo que el cuerpo-mente es una unidad. No tenemos un cuerpo por un lado y una mente por el otro, y tampoco tenemos, en tercer lugar, un alma desconectada del cuerpo y de la mente. El alma es el principio nuclear de todo lo que soy (afectivo-psico-emocional) en este tránsito por la Tierra y lo que nos conecta con nuestra esencia, el espíritu. La trimembración cuerpo-mente-alma es indivisible y hace del ser humano un individuo, que quiere decir indiviso, no dividido. La sanación, que haciendo un juego de palabras podríamos decir la “sana acción”, es una unidad o no lo es. Todo está unido. Todo forma parte de lo mismo. Sanar el cuerpo es sanar el alma y sanar el alma es sanar el cuerpo.

 
ALIMENTACIÓN NOCIVA
¿Maltratar al cuerpo con una alimentación nociva, por ejemplo, es también una forma de dañar nuestra alma? ¿Ese maltrato se manifiesta luego en enfermedades que también nos dañan emocionalmente?
-Decía Teresa de Ávila: “Debemos cuidar el cuerpo para que el alma se sienta a gusto en él”. Es decir, ella ya afirmaba que hay que cuidar el cuerpo para cuidar al alma y cuidar al alma para cuidar al cuerpo. Cuidarse para curarse, que decimos los médicos higienistas. Las enfermedades, ya sean de factor predominante físico o psicoemocional, hablan del alma herida. El organismo físico drena el dolor del alma a través de la enfermedad orgánica. Si maltrato mi cuerpo, abro la vía para el dolor de mi alma. Y puedo maltratarlo de muchas maneras, principalmente cuando me alejo de las cinco claves de la salud, que son la alimentación saludable, el contacto con la naturaleza, el equilibrio movimiento-reposo, la respiración consciente y la buena gestión emocional. El desequilibrio que expresa la enfermedad puede empezar por cualquiera de ellos, pero afecta a la unidad cuerpo-mente que somos. Un dolor del cuerpo es la señal de un dolor en el alma.

“Toda profunda y verdadera transformación es lenta y necesita un tiempo de maduración.
En las facultades de Medicina nos enseñan a tratar a la enfermedad, pero no al enfermo.
En consecuencia, la mayoría de los médicos se conforman con aliviar los síntomas
durante los pocos minutos de que disponen para atender a cada paciente.
Pero aliviar no es curar. Para curar de verdad, hay que curar al ser humano global.”

EL BUEN DOCTOR
¿Un buen doctor cura el alma y el cuerpo, pero también cura a la familia, a la sociedad y al planeta?
-Un buen doctor no es el que cura. Los doctores no curan: los doctores enseñan. La palabra doctor viene del latín, dócere, que significa enseñar, de donde surge docente. A mi juicio, un buen doctor no es quien trata de aliviar los síntomas de la enfermedad, sino el que enseña a la persona enferma sus propias herramientas de autocuración y de autogestión de la salud, que son lo que en medicina higienista llamamos factores de salud. Podríamos hablar del alma como la organización sintiente y esencial de la persona, de la familia, de la sociedad y, por supuesto, el alma del planeta Tierra, que los griegos llamaban Gea. Incluso los antiguos médicos y sanadores llamaban alma universal, anima mundi, al alma que rige el mundo. Así que, como todas las cosas están relacionadas, la sanación de uno afecta a la sanación de todo lo demás. Una persona puede sanar, al enfrentar un problema de salud personal, un problema antiguo de su familia, por ejemplo. Es el poder de la consciencia. Ya lo decía una de las leyes del universo de Hermes Trismegisto: “Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”.

LOS OPIOS DEL PUEBLO
-¿Entiende cada vez mejor la ciudadanía este tipo de conceptos o solo una pequeña parte de la población los asimila bien?
-En general, el pueblo está dormido por el opio de los medios de in-comunicación y es refractario a estas ideas. Además, desde las mismas escuelas y facultades de Enfermería y Medicina ya se enseña, sin posibilidad alguna de debate, que la enfermedad es un ente invasor y discrecional que apenas tiene que ver con una forma de vida que te desconecta de ti mismo, o con las nocivas relaciones humanas, o con la mala alimentación, o con el estrés laboral. Cuesta luchar contra el pensamiento único o contra la falta de pensamiento. Aunque reconozco un lento despertar, del cual me alegro mucho. Percibo un creciente sector de la población que es capaz de ver en la enfermedad el mensaje del alma herida: el dolor que sientes y que viene de lo que no haces, de lo que no expresas y de lo que no hablas. La enfermedad que viene para sanarte.

LAS TRANSFORMACIONES PROFUNDAS SON LENTAS
¿Y los doctores alopáticos también están entrando en estas coordenadas? ¿O todavía no?
-Toda profunda y verdadera transformación es lenta y necesita un tiempo de maduración. En las facultades de Medicina nos enseñan a tratar a la enfermedad, pero no al enfermo. En consecuencia, la mayoría de los médicos se conforman con aliviar los síntomas durante los pocos minutos de que disponen para atender a cada paciente. Pero aliviar no es curar. Para curar de verdad, hay que curar al ser humano global. Y eso implica muchas más cosas que extender una receta. En este momento, el espíritu humano está en juego. Y los médicos, antes o después, tendrán que optar entre dos caminos: o seguir apoyando este sistema social enfermo, aliviando lo que Wilhelm Reich llamaba la plaga emocional, mientras todo sigue igual y la gente sufre y hace sufrir; o ayudar al ser humano a alinear lo que piensa con lo que siente, lo que hace y lo que habla. Como decía el doctor Von Weizsäcker, la enfermedad tiene que ver con la no verdad. Como docente, el médico debería acompañar a la persona en su camino de convertirse de paciente a haciente de sus procesos de salud. Debería ser parte activa en el proceso de sanar al ser humano y de sanear al sistema humano.

UNA SOCIEDAD Y UN PLANETA ENFERMOS
-¿Es posible la salud personal en una sociedad y en un planeta enfermos?
-Actualmente, la mente global del ser humano está enferma, y eso hace que la mente y el cuerpo humano enfermen más fácilmente. Los antiguos contemplaban que cuando miles y miles de personas pensaban al unísono creaban un egregor, un elemento con propia vida que reflejaba los pensamientos luminosos u oscuros de los seres humanos y apoyaba o distorsionaba al alma individual. Actualmente, el egregor es bastante oscuro y la mente global está contaminada. Eso significa que, día a día, momento a momento, tenemos que tener la atención y la intención en no caer en esa consciencia colectiva negativa que impera actualmente. Es decir, no caer en la incertidumbre, en el miedo, en la competición, en la crítica maledicente. Para ello es preciso sentir que somos distintos, pero no distantes, que somos distintos y complementarios, en vez de distintos y contrarios. De no ser así, viviremos enfermos en un mundo contaminado, mental y emocionalmente hablando, durante mucho tiempo. La ciencia actual contempla la contaminación física de la Tierra, pero es ciega para ver la contaminación de los pensamientos y los sentimientos mediante la inoculación del miedo orquestada al unísono por los medios de comunicación de masas.

MATERIALISMO
-¿La sociedad es cada vez más materialista e individualista? ¿La medicina también?
-La medicina actual es materialista, reduccionista y mecanicista en gran parte y no cree en las fuerzas que rigen el mundo. Tampoco creen en la consciencia, en la energía vital ni en la cooperación y armonía entre cuerpo-mente-alma-espíritu, esencial para la curación del ser humano. La medicina actual que se enseña en las facultades de Medicina es una medicina sin alma. Urge humanizar la medicina para que el médico sea más consciente y más capaz de ayudar al enfermo a recuperar su guion de vida.

BIOCULTURA
-¿Qué es para ti BioCultura? ¿Alguna anécdota tuya aquí?
-Para mí BioCultura es un lugar de encuentro de los que creemos que un mundo mejor es posible. Una re-unión de las gentes que apoyamos la salud de los seres humanos inmersos en la salud del planeta Tierra en sus distintas facetas: física, emocional y mental. Respecto a alguna anécdota, recuerdo el año en el cual nació mi hija, que estábamos mi mujer Amalia y yo en el stand, atendiendo a personas que buscaban asesoramiento médico o información sobre Zuhaizpe, nuestro centro de salud, y cambiando a relevos los pañales. También recuerdo con mucho cariño los momentos en que se llenaban las salas donde daba las charlas y el agradecimiento de corazón de los que han asistido a ellas y a todos los que en estos momentos hacéis posible que BioCultura Bilbao sea un foco de luz en un mundo en sombras.  Gracias, Eskerrik asko.