Galicia desembarcará en Madrid con su producción «bio»
El sector “bio” gallego se presenta en la Villa y Corte Diversas...
En Castronuño (Valladolid), a los pies de la reserva natural Riberas de Castronuño-Vega del Duero, la ecoempredendora María José Celemín avanza en su proyecto de turismo rural sostenible que comenzó hace catorce años con una casa rural y a lo que le siguió el Festival Tres Culturas Castronuño… Ahora abre un obrador de dulces árabes ecológicos con eco-tienda y lanza una línea de pastelitos árabes ecológicos con la marca María José Celemín Bio, dulces que hacen las delicias de quienes los han probado. Quien quiera visitar lo que ella llama «un pequeño jardín de deleites y placeres» puede viajar a este lugar con encanto a orillas del Duero. Estará en BioCultura Madrid.
Los pastelitos “bio” gourmet de la repostería tradicional hispano-andalusí de Mª José Celemín estarán en BioCultura Madrid junto con el resto de productores castellano-leoneses al amparo del CAECYL, el Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León, la autoridad pública de control de certificación de la producción ecológica de Castilla y León. El estand de los pastelitos bio gourmet va a recrear el ambiente del obrador y de la eco-tienda física, situados en un bonito jardín de inspiración hispano-árabe en Castronuño (Valladolid), y donde el visitante de BioCultura podrá degustar estas ambrosías presentadas en vistosos eco-envases.
Cuatro serán los pastelitos “bio” gourmet con los que los paladares se podrán deleitar: baklavas de cacahuete, pastitas de almendras y albaricoque, bolas de limón y almendra, y bollitos rellenos de dátiles, perfumados con los exóticos e intensos aromas de la canela y el agua de azahar.
Celemín señala que “quien se pase por este estand podrá adentrarse en un jardín de deleites y placeres, en el que el máximo detalle está cuidado y la excelencia envuelve los sentidos. Y es, además, la antesala, para el viajero de Madrid, que puede visitar, en cualquier momento del año, la eco-tienda, el obrador y el jardín físicos en Castronuño (Valladolid), además de alojarse en la bonita casa rural Beautiful Alamedas, y pasear por los pintorescos caminos de la Reserva Natural «Riberas de Castronuño-Vega del Duero».
-¿Qué te ha llevado a elaborar pastelitos árabes ecológicos?
-Hace tres años lanzamos el Festival Tres Culturas Castronuño con una agenda de conciertos y encuentros durante el verano. Se me ocurrió que, al final de cada concierto, podía ser una buena idea ofrecer un té a la menta con pastelitos árabes y resultó ser una buena idea. Los hacía una chica marroquí de Castronuño y encantaron al público que los probó. En noviembre conseguí el registro sanitario para elaborarlos en un coqueto sitio de bioconstrucción, y después me dieron la licencia de apertura para venderlos en la sala de ventas contigua a la cocina del obrador. Y, después, la certificación ecológica.
DULCES MARROQUÍES
-¿Qué tipos de dulces estás lanzando?
-Cuatro clásicos de los dulces marroquíes: baklava ecológico de cacahuetes, pastitas de limón y almendra, delicias de almendra y albaricoque, y bollitos rellenos de dátiles, inspirados en los maamul. He partido de recetas tradicionales de la pastelería marroquí y las he adaptado, manteniendo la esencia, con fórmulas propias e ingredientes ecológicos. El resultado son unos pastelitos exquisitos, verdaderamente irresistibles. Estoy usando envases ecológicos, sí, una presentación llamativa, pero sostenible. Me preocupa mucho la contaminación con los plásticos. Nos estamos cargando el planeta y matando seres vivos. El material que usan es PLA, un polímero de maíz, en vez de plástico. En el mercado hay dulces árabes, pero no ecológicos. Y dulces ecológicos no árabes. Por fin hay dulces árabes y ecológicos. Presentados en ecoenvases.
-¿Cómo los vas a vender?
-Los estamos lanzando en los mercados ecológicos de Valladolid. Ayer estuvimos en la feria ecológica de Medina del Campo, y nuestro destino final será BioCultura. Estaremos también en EcoCultura. Voy a gestionar la certificación halal. Son delicias gourmet, verdaderas delicatessen con sabores sutiles, refinados, y con unos aromas inconfundibles. Lo que me está gustando de esta fase de lanzamiento es que el público los está valorando de forma muy positiva.
NATURALEZA Y ECOLOGÍA
-¿Dónde se puede alojar el viajero que quiera visitar tu eco-tienda y conocer la reserva natural Riberas de Castronuño-Vega de Duero?
-Castronuño es un lugar mágico que se está poniendo de moda. Hace unos meses vinieron del canal Cuatro, del programa Cuarto Milenio, y grabaron sobre unas extrañas apariciones… Luego han visto que la zona del río de Castronuño, dicen, es un lugar propicio para la aparición de ovnis… Es por el río y la exuberante vegetación. Hay una cierta magia, y la reserva natural tiene rincones selváticos y pintorescos, con rutas guiadas por los monitores de la Casa del Parque donde se pueden avistar jabalíes, lobos, zorros y abundante flora. En Castronuño hay cuatro casas rurales, una quesería artesanal, un complejo acuático con toboganes… Es un plan ideal para padres con niños que quieran una oferta de naturaleza y ecológica.
-¿Qué es lo que quieres decir con tu marca María José Celemín Bio?
-Es un símbolo de la excelencia, de las cosas hechas con sentido de perfección y buen gusto. La pastelera que los elabora es una PAS: una Persona Altamente Sensible con una gran capacidad intuitiva para la elaboración de productos delicatessen. Estoy reciclando todo lo que Castilla y León tradicionalmente deshecha: las mujeres sensibles, a las que medican y sacan fuera de mercado, por ejemplo. María José Celemín Bio habla de la mujer creativa y apasionada y de la que se las apaña por sí sola. Y, además, de una mujer profundamente creyente que construye espacios donde se pueda recordar el nombre de Dios en sintonía con la Naturaleza.