NO AL MIDCAT/MARINA GROS/ECOLOGISTAS EN ACCIÓN “Para resolver la crisis energética los esfuerzos deberían enfocarse en la reducción de la demanda”
Un proyecto que había sido abandonado, por sus negativas consecuencias ambientales, ha vuelto a la palestra. Nos referimos al MidCat. Un gasoducto nefasto. Marina Gros, responsable de la campaña de Gas de Ecologistas en Acción, nos da las claves.
-Hablando en plata, ¿qué es el MidCat? ¿Qué soluciones pretende aportar a la actual crisis energética?
-En general, cuando hablamos del MidCat… nos referimos a un nuevo gasoducto al este de los Pirineos, con una capacidad de transporte de 7.5 bcm. Este proyecto que lleva rondando en la agenda europea desde 2011 se abandonó en 2019, al considerarse demasiado costoso, invasivo para el medio ambiente y no esencial para el suministro de gas a Europa. Actualmente, ha vuelto a resurgir el debate sobre esta infraestructura innecesaria, para supuestamente suministrar gas a Alemania desde el Estado español, atravesando Francia. En realidad el gasoducto llegaría tarde para suponer una solución en el corto plazo y resultaría un gran problema climático en el medio y el largo plazo. Al final, las únicas beneficiadas del proyecto serían las empresas de transporte de gas como Enagás, la gestora española, y Teréga, la gestora francesa. Ya que les aseguraría el negocio de gas fósil durante muchas décadas más.
LOS PROBLEMAS
-¿Qué problemas acarrea esta infraestructura desde un punto de vista ambiental? ¿Y desde otros prismas?
-Lo primero sería recordar que, aunque lo han intentado teñir de verde, el gas es un combustible fósil y tiene altas repercusiones medioambientales. Está formado mayoritariamente por metano (CH4), un gas con 86 veces más potencial de calentamiento global que el CO2. Las fugas de metano suceden en toda la cadena de producción, transporte y distribución. La construcción de nuevos gasoductos conllevaría la utilización de este combustible fósil durante muchos años más, contribuyendo a ahondar en la emergencia climática actual. Por último, no podemos dejar de mencionar que los impactos ambientales y territoriales del MidCat ya son conocidos. En 2011 se construyó un tramo de casi 90 kilómetros entre Martorell y Hostalric. Este ha dejado a su paso una brecha de 25 metros de ancho para hacer pasar un gasoducto de un metro de diámetro. Las plataformas locales de las comunidades afectadas denunciaron que Enagás no realizó un estudio topográfico del recorrido, aunque el territorio es muy irregular. Los propios operarios preguntaban a la población cómo llegar a puntos de difícil acceso ante la falta de planificación. Tampoco se consideró la posibilidad de hacerlo pasar por infraestructuras ya construidas, lo que reduciría su impacto ambiental. A su vez, la aprobación en uno de los ayuntamientos por donde pasa el MidCat se hizo en la junta de gobierno y en el acta de la reunión solo se hizo constar el número de expediente, como si fuera una licencia de obra cualquiera. Por último, observamos que los argumentos que se utilizan para su promoción son los mismos o muy parecidos a su previa anulación, que desde sectores de la sociedad civil identificamos que respondían más a los intereses de la empresa promotora, Enagás, y no a las necesidades colectivas que tenemos como sociedad.
-¿Por qué este proyecto es incompatible con los planes del estado español en el ámbito del compromiso climático?
-Si la UE y el Estado español quieren cumplir con el objetivo climático del Acuerdo de París -es decir, no superar el aumento de temperatura global en más de 1,5ºC- se debe dejar atrás el uso del gas fósil antes de 2035. En 2030 debería dejarse de utilizar para producir electricidad y en 2035 nuestros hogares deberían estar libres de este combustible fósil, dejando hasta 2040 para descarbonizar ciertos sectores industriales que quizá sean más complejos. Teniendo en cuenta que este verano ya hemos estado sufriendo algunos pequeños efectos derivados o intensificados por el calentamiento global, como son la sequía generalizada, las olas de calor más largas y con récords de temperaturas, los incendios inapagables y también con las inundaciones y lluvias torrenciales, como está sucediendo en Pakistán… no podemos esperar para actuar ante la emergencia climática. No tiene sentido construir una infraestructura como el MidCat, que nos anclará en la utilización del gas fósil durante décadas, cuando tenemos que plantear el reducir su consumo urgentemente.
ENERGÍAS RENOVABLES
-¿No sería más viable, ambientalmente más sostenible y más democrático invertir y pisar el acelerador en las renovables?
-Para resolver la crisis energética en la que nos encontramos los esfuerzos deberían enfocarse en la reducción de la demanda. Es decir, en reducir nuestro consumo, pero por supuesto garantizando el acceso a la energía de la población más vulnerable. Aquellos que más consumen y, por tanto, son más responsables de la crisis climática, deben realizar las mayores reducciones. También debemos enfocarnos en la resiliencia energética. ¿Qué quiere decir esto? Diversificar las fuentes energéticas, que sean renovables y que estén en manos de la ciudadanía. Por ello, es un muy buen momento para hablar de comunidades energéticas, autoconsumo y generación distribuida.
-¿Tenemos una imagen de una Alemania muy verde y sostenible? Pero, ¿es una de los países cuyo modelo energético más ha contribuido y sigue contribuyendo al calentamiento global?
-Alemania es de los países con más emisiones per cápita a nivel global y europeo y el sexto país que más ha contribuido históricamente al cambio climático. Debe, por tanto, realizar grandes cambios en su modelo de producción y consumo, hasta alcanzar la descarbonización, y dejar de imponer medidas al resto de países europeos en su propio beneficio. Lo contrario sería ir en contra de la justicia climática. Además, no podemos olvidar que el Gobierno alemán ha estado presionando enormemente para incorporar el gas dentro de la taxonomía verde de la UE. Un fomento del lavado verde realmente lamentable.