Luis Planas «La producción ecológica es un sector estratégico»
Hablamos con Luis Planas Puchades, Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación desde 2018 y con larga trayectoria política, en España y en la Unión Europea, en el mundo de la agricultura y el medio ambiente.
¿Qué valoración hace del último avance de datos del MAPA (2019), con casi 2,4 millones de hectáreas dedicadas a la producción ecológica?
El dato es positivo y nos consolida, un año más, como el primer productor de agricultura ecológica por superficie de toda la Unión Europea (UE) y entre los cuatro mayores del mundo. Ese puesto de liderazgo, con más del 9% de nuestra superficie agraria útil transformada en ecológica, nos sitúa en primera línea para alcanzar y, en algunos casos incluso superar, el objetivo de llegar al 25% en el año 2030, tal y como propone la UE.
Estamos en un momento crucial para la adopción de políticas dirigidas a hacer cada vez más sostenibles nuestros sistemas de producción, incluidos los agroalimentarios. Y España tiene una oportunidad para seguir avanzando en esta agricultura del futuro gracias a la Política Agraria Común (PAC), cuyo presupuesto va a estar, en un 40%, orientado al fomento de producciones sostenibles. Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) valoramos estas cifras y apostamos por favorecer su paulatino incremento cada año.
El consumo interno de productos ecológicos en España crece imparable: ¿espontaneidad del mercado o éxito político?
Es indudable que el consumidor está cada vez más informado y, por tanto, es más exigente. El estudio ‘Buceando en las tendencias alimentarias de los españoles’, que editó el Ministerio el año pasado, nos demostró que, en España, se aprecia la proximidad, la calidad y el valor nutricional de nuestros productos. En consonancia con todas las sociedades occidentales, también se da mucha importancia a la alimentación saludable, por lo que el crecimiento del consumo de alimentos ecológicos es constante y con una previsión de futuro muy optimista.
En este sentido, hay que mencionar la gran labor de los operadores españoles involucrados en la producción ecológica. Desde agricultores y ganaderos hasta distribuidores y comercializadores, pasando por industrias y cooperativas agroalimentarias, todos han hecho una fuerte apuesta por este tipo de productos que tienen una fuerte demanda en el norte de Europa y que, ahora, son también cada vez más habituales en la cesta de la compra de los españoles.
La producción ecológica es un sector estratégico y, por tanto, desde este Ministerio fomentamos el conocimiento de este tipo de productos y su consumo. Nos gusta pensar que nuestras acciones también contribuyen al crecimiento de este mercado. La realidad de hoy es que el mercado interno español de alimentos ecológicos está dentro de los diez primeros del mundo, con un valor estimado de 2.178 millones de euros en 2018. En todo caso, la marcada tendencia de los consumidores por este tipo de productos nos hace prever mucho margen de crecimiento tanto en nuestro mercado nacional como en el resto del mundo.
¿Qué papel ha jugado la Estrategia para la Producción Ecológica 2018-2020?
Como he mencionado, los operadores han jugado un papel principal al apostar por este método de producción. Pero la Estrategia 2018-2020 ha sido la herramienta que nos ha servido para vertebrar las intervenciones que, tanto desde el sector como desde las comunidades autónomas, se reclamaron al Ministerio. Han sido más de 100 actuaciones dirigidas a fomentar el consumo interno y la comercialización de los productos; a mejorar la estructuración del sector; y a consolidar la producción ecológica y su papel fundamental en la preservación del medio ambiente.
El Ministerio tiene un cometido relevante, pero es fundamental contar, siempre, con la contribución del sector y la cooperación de otras administraciones para que la Estrategia alcance toda su potencialidad. Todo ello sin olvidarnos de los consumidores, que, a través de sus hábitos, también son protagonistas principales de este tipo de consumo, tan vinculado a la sostenibilidad de nuestras producciones.
La transición hacia un modelo más verde tiene que ser percibida por los agricultores y ganaderos como una oportunidad y no como una amenaza
¿Qué plan sucederá a partir de 2021 a esta Estrategia?
Estamos inmersos en la elaboración del Plan Estratégico Nacional que demanda la nueva PAC y que cuenta con la colaboración de comunidades autónomas, agentes del sector y de la sociedad civil.
En España, tenemos muy avanzada su preparación, y esperamos poder presentar su borrador a la Comisión Europea en el primer semestre del 2021. Como es evidente, las prioridades, objetivos y actuaciones estarán en armonía con los compromisos del Pacto Verde y de la nueva PAC, para buscar sistemas de producción agroalimentaria sostenibles y medioambientales. Pero, además de los retos climáticos tenemos también objetivos económicos y de rentabilidad, así como sociales y poblacionales. Nos hemos fijado políticas orientadas al fomento de un sector agrario moderno, resistente y diversificado que nos garantice la seguridad alimentaria, una cuestión muy importante que ha quedado de manifiesto durante las peores semanas de la pandemia. Asimismo, serán importantes las iniciativas en favor del fortalecimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales.
En ese contexto, la estrategia es seguir estimulando el consumo ecológico y mejorando su posicionamiento frente a los cultivos convencionales, pues forman parte de las soluciones sostenibles de futuro.
La PAC 2021-2027 está destinada a ser la más sostenible de la historia. ¿Será también buena para España y sus productores?
Sin duda. Los productores agrarios españoles están plenamente comprometidos con un modelo de producción de alimentos seguros, de calidad y sostenibles. La aplicación del greening o pago verde en España ha supuesto una enorme reducción del monocultivo. En el mismo sentido, los pastos permanentes no sólo se han mantenido, sino que han aumentado en los años que llevamos de aplicación del actual periodo de PAC. Y se ha producido un mantenimiento del total de superficies de interés ecológico.
Por todo ello, no me cabe ninguna duda de que los productores agrarios españoles sabrán estar a la altura para hacer más sostenible, si cabe, el actual modelo productivo agrario español, que se sitúa entre los más seguros del mundo. No debemos olvidar que la producción ecológica está totalmente alineada con estas nuevas formas de producción más sostenibles que van a ser prioritarias en la próxima década.
En todo caso, no conviene olvidar que la transición hacia un modelo más verde tiene que ser percibido por los agricultores y ganaderos como una oportunidad y no como una amenaza. Hemos de esforzarnos para que realmente sea así y hemos de dar el tiempo suficiente y el soporte adecuado para que esa transición no suponga un trauma, lo que nos haría retroceder.
La UE se ha marcado como objetivo que un 25% de los cultivos sean ecológicos para 2030. ¿Estamos preparados?
Ya he señalado que tenemos mucho terreno avanzado. España cuenta ya con un 9% de superficie agraria ecológica, los productores ecológicos españoles se encuentran entre los principales suministradores de productos ecológicos de la Unión Europea y el consumo ecológico interno, aunque aún es bajo, ha cogido velocidad creciente.
Se trata de un objetivo exigente, pero España está en disposición de alcanzarlo. En algunos sectores, como el olivar, he propuesto que tripliquemos la superficie de olivar ecológico en los próximos 10 años. Quizás vayamos incluso más allá. Es cierto que no todos los sectores estarán en las mismas condiciones para afrontarlo, si bien tenemos una experiencia acumulada fundamental para encarar el objetivo con optimismo.
Sostenibilidad y rentabilidad: ¿Cree que es realista pensar en llegar a un 100% de cultivos en ecológico? ¿Es un objetivo a largo plazo?
No hay sostenibilidad sin rentabilidad. La sostenibilidad tiene una triple vertiente: ambiental, económica y social. Si alguno de esos tres aspectos falla, el modelo productivo deja de ser sostenible. Y, además, los tres aspectos deben desarrollarse en paralelo. No podemos olvidar a ninguna de esas tres piezas del engranaje. Hay que pensar en que el cambio de mentalidad del consumidor va a actuar como poderosa palanca de cambio y en la tendencia actual es creciente la demanda de alimentos ecológicos. Seguramente, habrá tantos modelos productivos como tipos de consumidor, pero la realidad es que la producción ecológica es una de las principales tendencias en los hábitos de consumo.
La cuestión no es tanto llegar al 100% de alimentos ecológicos, sino al porcentaje suficiente que nos permita responder a los gustos de los consumidores y mantener el planeta con buenas condiciones para la vida humana.