LIBROS/CONSUMO CRÍTICO/Laura Villadiego: “Nos hemos centrado en formas de activismo amplias”

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Updated: julio 19, 2022

Laura Villadiego, Brenda Chávez y Nazaret son las autoras del libro “Consumo crítico”.  Pedro Burruezo charló con Laura. Laura Villadiego es periodista y licenciada en Ciencias Políticas. Su trayectoria profesional ha estado fundamentalmente ligada al Sudeste Asiático, donde residió durante una década cubriendo la región para medios españoles como EFE, Público o El Confidencial, o internacionales, como South China Morning Post, The Guardian o AlJazeera. Su nuevo libro lo ha editado Catarata Edit. Las tres, junto a Aurora Moreno, forman además parte del colectivo Carro de Combate, que desde 2012 investiga el impacto socioambiental de los productos e industrias de consumo cotidiano.

-¿Podéis explicar vuestro libro a alguien que no lo haya leído?
-Nuestro libro es, en cierto modo, un tributo a todas esas personas y a todos esos movimientos que, a lo largo de la historia y muy especialmente a partir del siglo XX con el auge del capitalismo, se han planteado lo que había detrás de su consumo y que han convertido ese consumo en una herramienta de cambio en una sociedad en la que el consumo es una de sus claves. En realidad, el ensayo va más allá de un análisis de los movimientos centrados en los intereses o derechos de los consumidores, y se centra en formas de activismo más amplias, que prestan atención a todas las estructuras y agentes involucrados en la producción, distribución e impacto socioambiental de los productos, muy comprometidas con las demandas de otros movimientos sociales, como el feminismo, el ecologismo o de defensa de los derechos humanos. Hacemos además un análisis histórico de la formación de la conciencia del consumidor y de su evolución como agente político, tanto internacionalmente como en el Estado español. Hablamos también de uso del boicot como una de las herramientas por excelencia de este tipo de activismo de consumo y analizamos además estas dinámicas en torno a cuatro sectores clave en estos movimientos: la alimentación, el textil, la energía y el big data. Y hablamos también de las falsas soluciones, con el greenwashing y otros lavados a la cabeza, para plantearnos cuáles son las alternativas reales. Una de las ideas que sobrevuela todo el texto es que es posible consumir de otra manera, que no estamos necesariamente abocadas a jugar bajo las reglas del sistema.

CONSUMIR DE FORMA CRÍTICA
-¿El consumo acrítico está llevando a la Humanidad al cadalso?

-Nosotras siempre recalcamos que es fundamental consumir de forma crítica, pero quien nos está llevando al cadalso es el sistema de producción capitalista y la irracional idea de que tenemos que crecer hasta el infinito para poder prosperar como sociedades. El sistema juega mucho con la idea de responsabilizarnos directamente de los impactos del sistema de producción, cuando los verdaderos responsables son las grandes empresas que buscan el beneficio a toda costa y los gobiernos que lo permiten y que no anteponen los intereses de la ciudadanía.

-¿A quién beneficia el consumo sin sentido de las masas? ¿Cómo puede ser beneficioso para alguien si es perjudicial para todos?
-Este crecimiento infinito del que hablaba está diseñado para beneficiar a los grandes capitales que se enriquecen más cuanto más frenético es nuestro consumo. Y eso se debe a algo de lo que quizá hayamos oído hablar pero a lo que quizá no se le ha dado la importancia necesaria: las llamadas externalidades negativas. Estas externalidades son impactos de los procesos productivos que no paga la empresa, sino agentes externos, ya sea el medio ambiente cuando se produce la destrucción de los ecosistemas, las comunidades cuando se les deja sin tierra o se destruyen sus medios de vida, o las trabajadoras, cuando se les imponen condiciones laborales inhumanas, entre muchas otras cosas. En el precio de venta de un supermercado o una tienda, algo puede valer unos pocos euros, pero en realidad nos está costando mucho más.

CARRO DE COMBATE
-¿El carro de la compra hoy puede ser un carro de combate? ¿Contra quién?

-El carro de la compra es una herramienta de activismo fundamental, porque el sistema se está empeñando en reducir nuestro papel de ciudadanas al de simples consumidoras. Y aunque esto no le quita importancia a la acción política en sí misma, convierte al consumo en una herramienta muy interesante para conseguir cambios en nuestras sociedades. Este “carro de combate” no tiene por qué tener un “enemigo” concreto. Cada consumidora al final decide lo que es importante defender y apoyar para ella. Aunque sin duda, para mí la dirección tiene que ir siempre hacia construir una sociedad donde haya un mejor reparto de la riqueza y donde nuestra existencia no signifique dejar al planeta sin recursos.

TRAS LA PANDEMIA
-¿Podríamos decir que, tras la pandemia, el consumo crítico ha aumentado en España?

-La pandemia ha supuesto, entre otras cosas, mucha incertidumbre, porque la idea de una nueva crisis sobrevuela continuamente nuestras cabezas. Esto es, al mismo tiempo, algo positivo y algo negativo para el consumo crítico. Esa incertidumbre es positiva porque nos lleva a plantearnos cosas, a hacernos preguntas, a cuestionarnos por qué hemos llegado a donde hemos llegado. Por ejemplo, ¿tiene algo que ver nuestro modelo de producción, y la destrucción de hábitats naturales que ha provocado, con la aparición de ese nuevo virus? No se sabe si hay una relación directa, pero se sabe que esa destrucción incrementa las probabilidades de que algo así ocurra. Y es negativo porque la incertidumbre lleva a la inacción en muchos casos, a tener miedo a apostar por cosas diferentes o, simplemente, a no poder permitirse salirse de los canales generalistas de consumo. Aún es pronto para saber si la pandemia dejará un poso a largo plazo en un aumento del consumo crítico y, aunque se han visto iniciativas interesantes, también hemos visto imágenes de una vuelta a la normalidad consumista muy rápida.

EL PRISMA SOCIAL Y AMBIENTAL
-¿Cuál es el mejor consumo que podemos llevar a cabo desde un prisma social y ambiental?

-Esta es una pregunta compleja que no se puede contestar en unas líneas. Pero quizá si hubiera que resumirlo en una única idea yo diría que todo se reduce a consumir menos y a consumir mejor. La reducción del consumo va a ser una necesidad que nos va a imponer la propia realidad, porque se nos están acabando los recursos, tanto los energéticos como algunas materias primas. Y en una sociedad construida sobre el uso de energía fósil, el fin de esta va a forzar un cambio de modelo. Y eso nos llevará irremediablemente a tener que «consumir mejor», es decir, aquellos productos y servicios con un menor impacto y cuya calidad nos permita alargar su uso, además de establecer otro tipo de relaciones con lo material como el compartir. Ahora bien, en vez de esperar a que la propia realidad nos obligue a adaptarnos a ese nuevo contexto de golpe podemos ir haciendo cambios para que esa transición sea menos traumática. Y en cierto modo, ya es tarde para ello, porque la realidad ya nos está empezando a apretar las tuercas con las tensiones en la cadena de producción, el incremento de precios energéticos o la misma pandemia. Ya nos está obligando a adaptarnos porque nosotrxs por nuestro propio pie nos hemos negado a hacerlo.

TENDENCIAS
-¿En qué medida libros como este tienen capacidad de generar tendencias y/o acaban en las manos de los ya concienciados?

-Es una de las grandes preguntas en un mundo en el que además la mayoría de la información está filtrada por los algoritmos y donde pensamos que tenemos mucha información pero realmente sólo vemos pequeños pedazos que el algoritmo nos muestra. Nosotras hemos intentado que el libro sea lo más ameno y didáctico posible precisamente para intentar que llegue al mayor número de personas posibles, incluso a aquellas que nunca han leído nada sobre consumo con una perspectiva crítica. El tiempo dirá si lo hemos conseguido…