GANADERÍA ECOLÓGICA/EMBUTIDOS GIL/DELIA GIL “Nuestros cerdos viven en ‘El Encinar’ tranquilos y felices”

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Updated: noviembre 9, 2020

Delia Gil, 42 años, junto con su hermana Rosa y su padre Luis, está al frente de un proyecto de elaboración de carne fresca y embutidos ecológicos sin gluten, sin antibióticos, sin lactosa y 100% naturales a partir de su propia ganadería orgánica. En Embutidos Luis Gil crían sus propios cerdos Duroc en libertad en “El Encinar”, la finca ecológica que la familia Gil tiene en el Valle de Ocón (La Rioja), en plena Reserva Mundial de la Biosfera. Los cerditos se alimentan de una dieta 100% ecológica a base de bellotas y raíces que encuentran en la finca y el pienso que elaboran allí mismo con el cereal ecológico que la familia Gil cultiva también en “El Encinar”.

-¿Cómo y por qué nació Embutidos Luis Gil?
-Embutidos Luis Gil no tendría claro cuándo nace, ya que es algo que se ha ido forjando a través de las distintas generaciones de mi familia modificando el negocio según los tiempos. Me explico… Realmente la industria cárnica como tal la creó mi padre, Luis, quien la empezó con la elaboración de embutidos y venta al por menor. Ya mis abuelos tenían una carnicería, un negocio familiar que comenzó con mi bisabuela a comienzos del siglo pasado. Nuestra pasión por la cría de animales de forma sencilla y tradicional se remonta a primeros de siglo, aunque la certificación ecológica y el modelo actual de negocio se remonta a 2003.
EN TOTAL LIBERTAD
-¿Cómo son los productos que elaboráis y qué los diferencia de otros productos afines?
-Nuestros productos son embutidos tradicionales de la Rioja, aunque están elaborados con nuestros propios animales, de raza Duroc y criados en total libertad en plena Reserva de la Biosfera. Se alimentan de bellotas del encinar, raíces y plantas, y esta alimentación natural se complementa con cereal 100% ecológico que nosotros mismos cultivamos en nuestra finca. Por supuesto, no solo la agricultura y la ganadería cuentan con certificación 100% ecológica, también el modo de producción. Nuestros embutidos y carnes ecológicos son productos respetuosos con el medio ambiente, con los animales y sobre todo son sanos y saludables. Con propiedades organolépticas muy beneficiosas para la salud tal y como lo confirman diferentes estudios realizados en colaboración con la Universidad de La Rioja o con diversos centros tecnológicos cárnicos.


-¿Cómo es vuestro sistema de distribución y quiénes son vuestros clientes?
-Tenemos clientes de muy diversos tipos tanto en el mercado nacional como en Europa. Contamos cada vez con más clientes particulares que, preocupados por el medio ambiente o por la salud de los suyos, apuestan por nuestros productos, embutidos y carne fresca ecológica de nuestros cerditos. Pero también tenemos muchas tiendas especializadas, de alimentación tradicional, distribuidores, gran superficie o restaurantes de cocina innovadora o tradicional. Nuestros productos son para todos los públicos ¡literalmente! Grandes y pequeños, de ciudades o zonas más rurales… Esto, además, es algo que particularmente ¡me encanta!
CONSUMIDORES QUE REFLEXIONAN
-¿En qué medida la producción ecológica se está consumiendo más con la pandemia? ¿A qué crees que se debe? 
-Creo que el miedo y la preocupación por la salud que ha traído consigo la pandemia ha hecho a las personas reflexionar sobre la importancia del origen y del modo de producción de los alimentos que consumen. Un efecto positivo ha sido el que nos hemos vuelto más conscientes de la necesidad urgente de cuidar y preservar nuestro plantea, los animales, los bosques, la naturaleza… Para Embutidos Luis Gil esto no es una moda, ha sido siempre nuestra filosofía y nuestro modo de vida, nuestra forma de trabajar y contribuir a crear una sociedad mejor. Esperamos que cuando pase la pandemia, esto no haya sido solo una moda, y se produzca realmente un cambio profundo en los hábitos de consumo, por el bien de todos.
UNA VIDA TRANQUILA
-¿Cómo viven vuestros animales? ¿Es un sistema ejemplar?
-No sé si es o no ejemplar, pero a mí me gusta ver que, cuando la gente nos visita, lo valora, disfruta y aprecia el buen hacer y todo el trabajo que hay detrás. Nuestros animales, principalmente, viven tranquilos. Pretendemos que lo hagan sin estrés y cómodamente, que estén sanos y limpios, en espacios saludables, donde puedan caminar, descansar, comer y hozar. Nuestros cerdos viven limpios, tranquilos y felices. Esto queda muy bucólico pero es real, nos preocupamos mucho por su bienestar, porque creemos firmemente que “somos los que comemos” y esto se refleja en la crianza de los animales. Mi padre, Luis, es un enamorado de la vida tranquila y sencilla del encinar y sus animales lo trasmiten. Nos gusta referirnos a ellos como “cerditos felices” porque realmente tienen una muy buena vida.
-¿Cómo ves el sector ecológico español en la actualidad? ¿Hacia dónde vamos?
-¡Ya me gustaría a mí saberlo! No sé dónde vamos en estos tiempos… Lo que sí pretendo es pisar firme aunque se den pasos cortos. Todos los días sale el sol y seguirá llenando de luz a nuestros cerditos y nuestro encinar y con esto tendremos que seguir peleando y trabajando duro, porque nadie dijo que fuese fácil y porque creo firmemente que hacer las cosas bien al final tiene su reconocimiento y da su fruto. Los consumidores están cada vez mejor informados, son más conscientes y saben valorar proyectos como el nuestro. Creo que en el sector hay mucho oportunismo pero esto no es fácil, es duro, y hay que tener muy presente los motivos por los que uno lo hace, no tengo claro que sea un sector donde pueda trabajar todo el mundo.

LA PANDEMIA
-¿En qué medida la pandemia ha multiplicado las ventas online de vuestros productos? 
-La realidad es que los confinamientos y el miedo han disparado el consumo online y de la tienda tradicional. El primero creo que ha llegado para quedarse; el segundo, esperaría que así fuese, pero es complicado mantener hoy en día abierto un pequeño negocio de proximidad, a pie de calle. Las redes sociales han sido una auténtica revolución y para el consumo online de productos como el nuestro creo que además ha sido muy beneficioso.
-¿Cómo resumirías el impacto negativo que tiene la ganadería industrial?
-Es terrible. Animales cada vez mas estresados, cada vez una mayor contaminación del agua, del aire o del suelo provocada por un modelo insostenible, que más se parece a fábricas de carne que a ganadería. Animales tan sobre-medicados, con una alimentación de dudosa calidad, que están provocando gran resistencia a los antibióticos en las personas, intolerancias, alergias… Los medicamentos parecen no hacer efecto a muchas enfermedades y creo que el uso, o mejor dicho abuso, de medicamentos o productos fitosanitarios en los campos y en la ganadería tiene mucho que ver.

“EL ENCINAR DE OCÓN”
-Habladnos de “El Encinar de Ocón”… ¿Es un privilegio criar a vuestros animales en esos parajes…?
-Es un privilegio poder disfrutarlo cada día, ver como amanece o los  atardeceres en el Valle de Ocón, en plena Reserva de la Biosfera, es sin lugar a dudas  un impulso hacia adelante, es una bocanada de aire fresco que le ayuda a uno a no mirar atrás sino es para reconocer lo conseguido y para continuar luchando por mejorar cada día. Creo que esto mismo se trasmite en nuestros cerditos, en nuestros cultivos, en el nuevo aceite que vamos a recoger estos días, en las bellotas que caen al suelo, en los caballos y yeguas con sus potrillos que completan este proyecto. El Encinar de Ocón, un entorno de monte bajo, un carrascal de encinas y robles, con una variedad de flora y fauna perfecta y con todas las pequeñas pedanías de este rico valle repicando sus campanas… Es un lujo que me encantaría que todo el mundo pudiera conocer y disfrutar. De ahí nace nuestro proyecto de “ecovisitas”. Queremos que la gente pueda venir a aprender sobre agricultura y ganadería ecológicas y a disfrutar de lo que nosotros vivimos cada día.
-Habladnos,  también, de todo el proceso. ¿Sois muy artesanales y, al mismo tiempo, realizáis todo el proceso…?
-Somos una industria familiar, artesana, pero que también se apoya en las nuevas tecnologías para, por ejemplo, regar con agua de lluvia, utilizar energía solar de autoconsumo, cuidar la curación con domótica en cada secadero de chorizo, lomo, jamón… Somos artesanos porque nuestras recetas solo incluyen productos naturales: la carne, el ajo, la pimienta, la sal o el pimentón. Sin colorantes, sin conservantes, sin aditivos que engañen a los sentidos. Y otros recursos también ancestrales secreto de la casa: el tiempo, la paciencia, la constancia y el amor por lo que uno hace, desde que se cultiva la tierra y se prepara, pasando por la cría y engorde de las cerdas y sus lechones, hasta llegar al despiece, al picado, el adobado de la carne, la curación y la preparación y presentación final de cada producto. Esto es lo que somos, y convencidos de lo que hacemos. Trabajamos cada día para para aportar algo positivo a la sociedad y a nuestro entorno: ¡Salud!