ESTUDIOS/Alicia Aguilar y Marina Bosque “El riesgo de empeorar la dieta en el confinamiento fue un 21% superior en adolescentes de posición económica vulnerable”

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Updated: mayo 31, 2021

Los comportamientos alimentarios de las personas jóvenes cambiaron durante el período de confinamiento obligado por la Covid-19 y empeoraron en el caso de pertenecer a grupos socioeconómicos más desfavorecidos. Son las principales conclusiones de un estudio publicado en acceso abierto en la revista especializada “Nutrients”, liderado por las investigadoras Alícia Aguilar Martínez, de la Universitat Oberta de Catalunya, y Marina Bosque Prous, de la UOC y UManresa, en el marco del proyecto DESKcohort del grupo de investigación interuniversitario GRESP sobre epidemiología y salud pública. Ambas contestan al alimón nuestras preguntas.

El estudio, que se ha llevado a cabo con 303 jóvenes catalanes de entre 12 y 18 años, buscaba averiguar cómo había cambiado la alimentación en esta franja de edad durante el período de marzo a mayo de 2020, tanto en lo relativo a los comportamientos alimentarios como a los productos consumidos. El objetivo era recoger datos para observar si los cambios habían sido diferentes en función de la calidad de la dieta que llevaban antes de la pandemia y de la posición socioeconómica. El estudio evidencia que las personas jóvenes de posiciones socioeconómicas más desfavorecidas han reducidoel consumo de cereales y vegetalesyhan incrementado el consumo de comida preparada y procesada. Los datos revelan que el riesgo de que la dieta de este colectivo empeore es un 21% superior que para personas adolescentes de otras realidades socioeconómicas. 

-¿Los adolescentes comen peor con la pandemia? ¿Por qué?
-No, no podemos hacer esa afirmación de manera general. De hecho, cerca del 40% de los participantes en el estudio informó de un aumento en el consumo de fruta (las chicas aún más) y el consumo de dulces y bollería, comida preparada y refrescos disminuyó también entre el 40 y el 50%. No obstante, lo que sí observamos fue una relación inversa de la posición socioeconómica de los adolescentes con la reducción del consumo de cereales, frutas y verduras, y con el aumento del consumo de alimentos precocinados. El riesgo de empeorar la dieta durante el confinamiento fue un 21% superior en las personas adolescentes de posición socioeconómica más desfavorecida frente a los más favorecidos.

COMIDA DESNATURALIZADA
-¿La crisis económica que arrastramos se ceba en el tema de una alimentación cada vez más desnaturalizada en determinados círculos?

-No tengo claro a qué se refiere con desnaturalizada. Si se refiere a con menor cantidad de productos frescos, efectivamente se ha observado que los grupos de posición socioeconómica más desfavorecida tienen menos oportunidades/posibilidades de consumir frutas y verduras, por ejemplo. Las razones son diversas y complejas porque influyen muchos factores, pero, por comentar algunos de ellos, hay que considerar el presupuesto alimentario, los conocimientos nutricionales, la disponibilidad de tiempo para dedicar a comprar, cocinar, etc. Además de aspectos como el entorno alimentario en el que se viva, que puede condicionar la oferta alimentaria existente, la variedad, los precios, etc.

“No todos los cambios en la alimentación han sido para peor. Se ha observado también un porcentaje importante de personas adolescentes que han consumido más fruta, más variedad de alimentos, menos refrescos… Eso son cambios positivos”

-¿Por qué los adolescentes, a pesar de que tienen más educación que muchos adultos, no perciben la alimentación nociva como un peligro para su salud?
-El trabajo no ha abordado las percepciones sobre alimentación de los adolescentes, pero, como hemos comentado, los motivos que influyen en las decisiones alimentarias son complejos y además hay que considerar que la disponibilidad y la compra de alimentos para el hogar dependen en parte de los padres y madres y por lo tanto esto ya puede, de alguna manera, condicionar la elección de alimentos de los adolescentes.

LA ELECCIÓN
-¿Con poco dinero podrían esos mismos adolescentes comer mucho mejor? ¿Con más vegetales, más productos frescos, etc.?

-Como hemos dicho, la elección de alimentos está influenciada por múltiples factores y por lo tanto las estrategias para conseguir una alimentación más saludable deben ser también diversas y desde diferentes niveles (familiar, comunitario, político…). Evidentemente, el presupuesto para el hogar en alimentación es importante pero también el realizar programas de promoción de alimentación saludable en la comunidad, en la escuela (curriculum educativo, pero también el papel del comedor escolar), regular la comercialización de ciertos alimentos, políticas sobre impuestos, publicidad, etiquetado… Todo esto debe ir acompañado de acciones para mejorar la educación en conocimientos, habilidades y actitudes que ayuden a cambiar hábitos y concienciar sobre la necesidad de comer saludable.
 


-Si con el confinamiento había más tiempo para la cocina y todo el mundo estaba en casa, ¿por qué se ha dado el paso, en algunos casos, a comer peor y de forma más perjudicial?
-Si bien es cierto que estar en casa da una oportunidad teórica a tener más tiempo para cocinar, no siempre es así, o se puede no tener suficiente información sobre qué y cómo cocinar saludablemente, planificar menús saludables para toda la familia, etc. Además, en algunas situaciones, el comedor escolar es también una oportunidad para asegurar una ingesta dietética diaria equilibrada en algunas familias. Además, el hecho de estar más tiempo en casa puede conllevar también a aburrimiento, estrés, más horas frente a una pantalla y con ello provocar para algunos una mayor irregularidad en las comidas o una mayor ingesta de energía. De todas maneras, como decíamos antes, no todos los cambios en la alimentación han sido para peor. Se ha observado también un porcentaje importante de personas adolescentes que han consumido más fruta, más variedad de alimentos, menos refrescos… Eso son cambios positivos.

LOS PADRES
-¿Detrás de una mala alimentación en muchos adolescentes hay desestructuración familiar y otros problemas sociales?
-Nuestro estudio no ha abordado la estructuración familiar, pero, en general, los factores socioeconómicos y el nivel educativo de los padres juegan un papel importante en el consumo diario de frutas, verduras y los adolescentes con una posición socioeconómica privilegiada pueden tener un entorno alimentario más saludable en casa. Las comidas familiares son un buen espacio de socialización y comunicación en el que los padres y madres pueden actuar como modelos a seguir para las preferencias alimentarias de los adolescentes. Establecer rutinas o reglas relacionadas con las comidas, promover la disponibilidad de frutas en los alimentos en casa, no tener a mano productos menos saludables, etc., pueden ser también maneras de promover una alimentación saludable.