“Estrenamos la colección Trashumancia para hombres en BioCultura A Coruña”
Icíar Martín Aresti es, junto a Antonio Milara, socia fundadora de Añino Merina. “Tengo 60 años y hace seis que me embarqué en este maravilloso proyecto. Basándome en mi formación como geógrafa y experta en innovación y economía social, junto a la experiencia en la producción artesana y conocimiento de lana de mi socio, hemos logrado hacer productos 100% biológicos que benefician al suelo y ponen en valor la lana de la oveja merina extremeña”. Estarán en BioCultura a Coruña.
-¿Qué historia personal hay detrás de Añino Merina?
-Añino Merina surge desde una situación de catarsis y desemboca en un remanso de oportunidad. Yo me había quedado imprevisiblemente sin trabajo, con dos hijos en la universidad y, aun así, decidí emplear el tiempo de prestación en formarme en innovación y economía social y de impacto… para hacer un proyecto de mejora de suelos a través de la puesta en valor de la lana merina extremeña. Soy geógrafa y enamorada de los suelos. Ahora, más bien preocupada por ellos.
LA GAMA
-¿Cómo es la gama de productos que tenéis en el mercado?
-Nuestros productos están hechos con materias primas 100% orgánicas. Es decir, no damos una segunda oportunidad al plástico porque consideramos que en su transformación hay un gasto de agua y emisiones, y todo para seguir teniendo el problema ahí, pero respetamos todas las opciones, claro. Nos resulta fundamental crear unos tejidos exentos de petróleo y derivados, utilizar unas pieles de curtición y tinte vegetal. Date cuenta de que las zapatillas de Añino Merina, si se entierran después de su uso, se biodegradan en seis meses, y la tierra resultante, nos dicen los análisis, multiplican por cinco la materia orgánica de suelo.
LAS VENTAS
-¿Cuáles son los que se venden más y por qué?
-Nuestras zapas más vendidas son las Escondite de mujer. Y, digo de mujer, porque para lograr mayor comodidad tenemos dos hormas. Están hechas con un enterizo de lana merina extremeña, como os dije… exenta de petróleo. Le ajusta al pie perfectamente, pero no marca las deformaciones del pie. Van forradas de un lino orgánico que las hace menos vulnerables o una capa de lana, depende. Tienen una ergonomía fantástica. La lana funciona como termorreguladora (ya lo dicen en la montaña leonesa… “la lana merina quita el frío y el calor”) y, además, están hidrofugadas (resisten el agua) de manera natural, tal y como nos han enseñado las mujeres merineras extremeñas que han sido capaces de guardar la tradición oral no escrita.
LOS PROVEEDORES
-¿Quiénes son vuestros proveedores?
-La lana la compramos en Extremadura al propietario de un rebaño en régimen extensivo y trashumante. Es fundamental adquirirla allí porque el impacto que queremos conseguir es apoyar esta magnífica fibra textil. Conseguimos aumentar el retorno, carne, leche y lana, de esos rebaños imprescindibles para que los suelos extremeños mantengan su biodiversidad, sus filtraciones y su capacidad de captura de CO2. Es necesario que la lana deje de ser un residuo para convertirse en recurso.
LA ELABORACIÓN
-¿Cómo elaboráis vuestros productos
-La lana la lavamos en lavadero ecológico, sin químicos, y la hilamos y tejemos. Posteriormente la hidrofugamos en natural. Este tejido se lleva al montaje de zapas en Portugal, donde ya tenemos las suelas de caña de azúcar, cordones de cáñamo… Estos ya los hemos empezado a trenzar nosotros.
SECTOR TEXTIL
-¿Cómo veis el sector del textil sostenible en nuestro país en la actualidad?
-Tampoco soy una experta del textil. Sólo sé qu,e hasta hace unos años, en el mundo de la moda, se manejaban cifras de emisiones sonrojantes, se empleaba mano de obra a veces infantil y siempre mal pagada, y eso atravesaba un montón de kms y provocaba un montón de emisiones. Parte de ello se etiquetaba como producto español sólo por poner un botón in situ. Yo creo que ahora tenemos todos muchísima más conciencia. Tenemos más interiorizado el gasto y consumo responsable. Hay muchas marcas que lo intentamos hacer de manera no contaminante. Hay una marca gallega, muy joven, Andrea Piñeiro Estudio, que a mí me encanta.
BIOCULTURA
-¿Traeréis alguna novedad a BioCultura A Coruña?
-Sí. Hicimos nuestra colección Trashumancia para mujeres y la presentamos en BioCultura de Madrid. No sé cuántos 42 de mujer se probaron los hombres, pero la horma es más estrecha y no encajaban… Entonces decidimos hacerla también para hombres. La estrenamos en BioCultura A Coruña.
-¿Qué es BioCultura para vosotros?
-Para nosotros BioCultura ha sido importantísima. Nada más empezar con Añino Merina, fuimos a BioCultura Barcelona y… ¡no nos llegó la mercancía! Yo estaba con mi hija y me preguntó: “Mamá, ¿y ahora qué hacemos?”. Yo contesté: “Explicar, hablar, comunicar qué es Añino, no hay otra”. No te puedes figurar cómo nos trató la gente, maravillosamente bien. Teníamos sólo del nº 39 y 42 que me había traído yo en la furgo… E hicimos 40 ventas, creo… “Del 38 no, porque este me queda grande. Del 40 tampoco, porque este me queda pequeño…”. Luego mandamos los pedidos por transporte. Nos llenó de cariño y gratitud, te lo aseguro. Ahora siempre nos vienen a ver al estand cuando hemos vuelto a Barcelona. Son nuestros clientes especiales…