EL LIBRO/GUSTAVO DUCH “Lo más revolucionario, ¿no es un huerto?”

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Updated: abril 12, 2021

Además de ser una de las primeras voces, ya hace muchos años, en poner sobre la mesa el concepto de Soberanía Alimentaria, Gustavo Duch sigue participando en el desarrollo y revisión crítica de este concepto campesino, siendo parte del colectivo que produce la revista Soberanía  Alimentaria. Autor de casi una decena de libros, combina el ensayo periodístico con el relato poético en libros como “Mucha Gente Pequeña”. Ahora, acaba de publicar “Huertos de Libertad”, también, como el anteriormente citado, editado por Pol·len Edicions. 

“Huertos de libertad” es un poemario del escritor Gustavo Duch, un “poemario del hortelano”, en palabras del autor, que planta versos para estinguir el capitalismo. Este libro está hecho con un papel hierba Graspapier. Es totalmente compostable.

-¿Nos puedes explicar qué es “Huertos de libertad”?
Desde que tengo un pequeño huerto he descubierto que mientras le cuido no dejo de pensar en qué haré con las cebollas, habas o lechugas que me regalará en abundancia. Y, con las manos en la tierra, me siento amasando una riqueza que quiero, sí o sí, compartir. Y como no puedo andar repartiendo cestas por las casas -aunque me gustaría- pensé que este libro compostable podría, más o menos, satisfacer mis expectativas. Es decir, tiene algo de capricho personal y me hace bien reconocerlo.

HUERTA, AMOR Y ARTE
-¿La huerta como inspiración para el arte…? ¿Demasiado revolucionario para un mundo, el moderno, eminentemente urbanícola y antirural?
Y el arte como inspiración para la huerta, porque la belleza, como el amor, debería predominar sobre los valores productivistas propios de esta economía loca. Esa es la aportación que, en este momento descivilizatorio, hace lo campesino y rural: enfrentarse a la cultura capitalista del riesgo, reivindicando la seguridad de la sobriedad. En este sentido el huerto es inspirador. Estable en su caos de colores, olores y formas, frente a la vulnerabilidad y decadencia del monocultivo.

-Cada vez más personas reivindican lo rural y la vuelta a la tierra, aunque sea en el balcón… ¿Se ha acabado ya el proceso destructor que ha conllevado la destrucción de nuestros pueblos o todavía no ha llegado lo peor?
-La esperanza se debe construir desde la no ingenuidad. No ayuda generar falsas expectativas como ahora nos quieren hacer con la economía verde. El proceso destructor seguirá avanzando, incluso aceleradamente gracias a los fondos que el capitalismo está poniendo sobre la mesa, como los Next Generation. Y el padecimiento alcanzará a todos los territorios y a la mayoría de la sociedad, con lo cual la pregunta es: ¿Dónde y cómo encontraremos maneras anchas y justas para garantizar nuevas formas de vida dignas? El huerto nos indica algunas respuestas.

LA PANDEMIA
-¿Con la pandemia… cada vez más personas ven con buenos ojos la soberanía alimentaria y la autosuficiencia?
-Por la pandemia, por lo aborrecible de la comida rápida, por los desmanes tóxicos de la agroindustria, por la contaminación de los acuíferos, por el maltrato a la tierra, a la fertilidad, a la vida, por la crisis climática, por la esclavitud que sufren trabajadoras y trabajadores agrícolas, por la desforestación, por el hambre… Pero los gobiernos siguen ciegos y sordos.

-¿Quiénes son tus referentes en el mundo de la poesía? ¿Y de la agroecología?
-En la agroecología, las campesinas y los campesinos, una dedicación que, bien practicada, explica muy bien el significado de esta palabra. Agroecología, según nos explicó una activista turca, en su idioma, se traduce “por la agricultura que practicaban las abuelas”. Y en poesía, además de Gloria Fuertes, Galeano o Joan Margarit, también las campesinas y los campesinos, que con sus azadas, surcando la tierra, escriben versos de resistencia.

VANGUARDIA
-¿Hay quienes piensan que la vanguardia está asociada a la urbe mientras que lo rural siempre será tradicionalista? ¿Pero hoy no ocurre justamente lo contrario?
¿Y por qué debemos rendir culto a la vanguardia? ¿No encontramos en la modernidad síntomas de la prepotencia civilizatoria? Soy ateo de esa religión. Lo rural quiere ser conservacionista, que no conservador, siempre procurando mantenerse en ese punto de mágico equilibrio con el derredor al que pertenecemos. Lo cual significa resiliencia, observación, adaptación, inventiva… Y, en estos aspectos, por seguir con el ejemplo, lo más revolucionario, ¿no es un huerto?