COMISIÓN EUROPEA Aprobadas estrategias para una alimentación más sostenible

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Updated: mayo 26, 2020

La semana pasada la Comisión Europea aprobó dos nuevas estrategias que, según su comunicado, “se refuerzan mutuamente, ya que aúnan la naturaleza, los agricultores, las empresas y los consumidores en pro de un futuro sostenible y competitivo”.

Hablamos, por un lado, de la “Estrategia sobre la Biodiversidad” para proteger la biodiversidad europea durante los próximos 10 años y, por otro, la estrategia “De la Granja a la Mesa”, para facilitar la transición hacia un modelo agroalimentario sostenible.
Ambas estrategias se marcan objetivos concretos. La nueva estrategia sobre la biodiversidad incluye transformar un mínimo del 30% de las tierras y mares de Europa en zonas protegidas administradas con eficacia y devolver a un mínimo del 10% de la superficie agrícola unos elementos paisajísticos muy variados.
Por otro lado, la estrategia “De la Granja a la Mesa” se propone reducir un 50% el uso y el riesgo de plaguicidas, reducir como mínimo un 20% el uso de fertilizantes químicos, reducir un 50% las ventas de los antimicrobianos utilizados en la ganadería y la acuicultura, y alcanzar un 25% de tierras agrícolas dedicadas a la agricultura ecológica. Desde la Asociación Vida Sana, señalan, “valoramos positivamente que en la estrategia se recojan algunas de las aportaciones realizadas durante el periodo de consultas relativas al desarrollo de la agricultura ecológica y a la reducción en el uso de pesticidas”.

ACUERDOS COMERCIALES
Algunas organizaciones agrarias ya han puesto el grito en el cielo y califican las propuestas de claramente restrictivas e impositivas. COPA-COGECA, el organismo que reúne a 78 organizaciones y cooperativas agrarias europeas, creen que aplicar estas estrategias sin una evaluación del impacto puede poner en peligro la seguridad alimentaria, la competitividad agrícola europea y la renta de los agricultores y ganaderos.
En España, COAG comparte los objetivos de la estrategia pero considera que exigir más a los agricultores europeos que a los productos importados supone una competencia desleal y una actitud hipócrita. Por eso exige “que, antes de implementar la estrategia “De la Granja a la Mesa”, se revisen todo los acuerdos comerciales de libre comercio con terceros países, se refuerce el control de las importaciones, es establezcan políticas de preferencia comunitaria y se apueste de forma decidida”.
Por otra parte las entidades defensoras de la agricultura ecológica y otras organizaciones, como IFOAM en Europa y SEAE en España, piden a la UE “que los objetivos establecidos continúen y sean más ambiciosos para impulsar la transformación hacia un sistema alimentario sostenible con metas claras, cuantificables, calendarizadas y respaldadas por indicadores sólidos, comprometiéndose a reducir la huella de nuestro sistema alimentario a los límites fijados para 2030”.

VIDA SANA
Desde la Asociación Vida Sana, miembro de la Plataforma PorOtraPAC, nos aclaran que “nos unimos a las organizaciones que consideran que ambas estrategias deben integrarse en los Planes Estratégicos de la nueva PAC en los que actualmente están trabajando los Estados Miembros. La PAC se ha de convertir en una herramienta útil y eficaz para ayudar a los productores europeos en la transición agroecológica necesaria para un modelo alimentario más sostenible tal como persiguen las dos estrategias aprobadas”.

Sobre la misma noticia, Carlos de Prada nos envía también su visión, que incluye el hecho noticiable y la opinión del gran periodista ambientalista.

LA UE ANUNCIA PLANES PARA UN GRAN INCREMENTO DE LA AGROECOLOGÍA Y UNA GRAN REDUCCIÓN DEL USO DE PESTICIDAS

La comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria Stella Kyriakides ha presentado decenas de acciones concretas para transformar el sistema alimentario del continente. Entre ellas conseguir, antes de 2030, «reducir el uso y el riesgo de los pesticidas en la agricultura en un 50%, y también el uso de fertilizantes de síntesis en al menos un 20%». Se anuncia también una «revisión de la legislación de la UE sobre el uso sostenible de pesticidas» promoviendo «formas alternativas de proteger las cosechas de plagas y enfermedades». Una noticia histórica que nos glosa Carlos de Prada.
No menos importante es el anuncio de que se debe «aumentar la superficie de las tierras agrícolas de la UE dedicadas a la agricultura ecológica hasta al menos el 25%». Otras medidas irían destinadas a reducir el uso de antibióticos en la ganadería y la acuicultura en un 50%, reducir el desperdicio de alimentos, intensificar la lucha contra el fraude alimentario, fortalecer las normas de bienestar animal, establecer un etiquetado nutricional obligatorio armonizado, etc. Se trataría de hacer que para los ciudadanos de la UE «la elección saludable y sostenible sea la opción obvia». Recuerdan que «hoy en Europa, más de la mitad de la población tiene sobrepeso u obesidad».

UNA VISIÓN GLOBAL
Además, en el texto de la CE se advierte, «esta visión no es solo europea, es global. A través de la estrategia Farm to Fork, nos embarcamos en la promoción de una transición global hacia sistemas alimentarios sostenibles a través de asociaciones y «alianzas verdes». Como se dice, «todas las transiciones tienen un coste, pero el coste de la inacción sería aún mayor para todos nosotros». Y se añade que «la Política Agrícola Común y la Política Pesquera Común apoyarán a nuestros productores primarios a través de nuevas fuentes de financiación y esquemas ecológicos para implementar prácticas sostenibles. Porque, sin agricultores prósperos, no garantizamos la seguridad alimentaria. Sin un planeta sano, los agricultores no tendrán dónde cultivar». «La estrategia Farm to Fork garantizará que, juntos, emerjamos con un sistema alimentario más robusto, seguro y sostenible. Y lo que es más importante, tendremos ciudadanos más saludables en un planeta más verde y sostenible», se señala en el texto de la Comisión Europea. Se apuesta por la «transformación de la forma en que producimos, distribuimos y consumimos nuestros alimentos, y para mejorar nuestra salud y nuestro medio ambiente», mostrando un firme compromiso con las estrategias Farm to Fork y de Biodiversidad en consonancia con el Pacto Verde Europeo y la Agenda de Sostenibilidad.
Como se dice: «La pandemia ha puesto de relieve la importancia de un sistema alimentario resistente y de la seguridad alimentaria, dados los fuertes vínculos entre nuestra salud, los ecosistemas y cadenas de suministro». Añade que «este es solo el último recordatorio de muchos: las sequías anuales, las inundaciones, los incendios forestales y las nuevas plagas son alarmas de que nuestro sistema alimentario debe ser más sostenible y resistente».

CONSUMIDORES Y PRODUCTORES
La Comisión defiende ahora poner en el centro a los consumidores y a los productores, convirtiendo la sostenibilidad en una estrategia de crecimiento -garantizando el futuro de la cadena alimentaria en la UE- atendiendo a que los ciudadanos demandan, cada vez de forma más clara, con «alimentos nutritivos que sean saludables y se produzcan de manera respetuosa con nuestro planeta». Algo que representa «una estrategia de salud y prevención contra nuevas crisis. Revertir el aumento de las tasas de obesidad y el cambio de los patrones de consumo en toda la UE es fundamental para la salud de nuestros ciudadanos y el continente, pero también para nuestra resistencia a las pandemias». Todo sin olvidar, por otro lado, que los sistemas alimentarios actuales, que deberán modificarse, son «impulsores clave del cambio climático y la degradación ambiental». No se olvida tampoco reseñar que «los primeros en moverse tendrán la ventaja competitiva a nivel mundial».

PAN EUROPE
Organizaciones dedicadas a la defensa ambiental, como PAN Europe, consagrada al problema de los pesticidas, acogen con satisfacción los planes anunciados ya que consideran que «ponen la protección de la biodiversidad, así como de la salud pública y ambiental, a la vanguardia de la PAC, y se compromete a tomar medidas para reducir el uso de pesticidas químicos en Europa bajo sus estrategias de Farm to fork (F2F) y de Biodiversidad (BDS)». Comentan que tales documentos suponen «un claro reconocimiento de que los sistemas actuales de producción de alimentos son completamente insostenibles. El uso de pesticidas químicos en la agricultura contribuye a la contaminación del suelo, el agua y el aire, así como a la pérdida de biodiversidad, y puede dañar plantas, insectos, aves, mamíferos y anfibios».
Por ello aplauden que en su estrategia F2F la Comisión Europea reconozca que es «urgente reducir nuestra dependencia de los pesticidas, aumentar la agricultura ecológica y revertir la pérdida de biodiversidad». Que no solo se establezca el objetivo de reducir a la mitad en una década el uso de pesticidas en la agricultura sino también que «sean prohibidos en las áreas verdes urbanas de la UE». Algo que juzgan «revolucionario» y de gran trascendencia toda vez que «los pesticidas sintéticos son los principales contribuyentes a la disminución de la biodiversidad», pero que será importante que realmente se materialice.

UN HITO HISTÓRICO
Se trata de un hito histórico ya que, «por primera vez en la historia, la Comisión Europea se atreve a escuchar a la ciencia, ir en contra de los intereses de los agronegocios y establecer objetivos de reducción del uso de pesticidas en sus estrategias Farm to Fork y de Biodiversidad». Esperando que «tras décadas de luchar contra la sociedad civil, la Comisión Europea se asegure ahora de que los Estados miembros finalmente implementen adecuadamente estos objetivos y protejan a los ciudadanos y el medio ambiente de la UE como la ley ya lo exige».
Según PAN Europe, «irónicamente, la política europea de plaguicidas ya exige que los Estados miembros den prioridad a las alternativas no químicas en la agricultura, así como a reducir la dependencia del uso de plaguicidas», lamentablemente no se ha cumplido.
Existen además motivos de recelo, como los conflictos de interés existentes en agencias reguladoras, el que hasta ahora la evaluación del riesgo de los pesticidas haya pasado por alto riesgos importantes y se haya basado sobre todo en datos de sus propios fabricantes ignorando a la ciencia académica, etc. Esta organización considera que son muchas las cosas que deben cambiar.
Por otro lado, pese a considerar muy positivo el paso dado, recuerdan que los objetivos debieran haber sido aún más exigentes. De hecho, PAN Europe y otras organizaciones habían solicitado una reducción del 80% de los pesticidas sintéticos para 2030 y del 100% para 2035.