Ni Greenwashing ni venenos camufaldos
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La feria tendrá lugar los días 6 a 9 de noviembre en el Pabellón 9 de IFEMA. Se esperan más de 400 expositores y una cifra de visitantes que supere de nuevo los 50 mil. En la edición de hogaño, todo sigue como en ediciones anteriores pero la entidad organizadora anuncia una mayor presencia de profesionales y de actividades destinadas exclusivamente a ellos.
Desde la organización nos comentan: “Para BioCultura Madrid 2025, y fruto de la demanda de numerosas empresas, llevamos meses trabajando con las principales asociaciones del sector de la producción ecológica (ASOBIO, Ecovalia, SEAE, INTERECO y Vida Sana)… para desarrollar un espacio profesional en la feria, con el objetivo de que BioCultura retome el papel protagonista como feria de referencia para los profesionales del sector de la alimentación y cosmética certificadas”. Afirman que “son tres objetivos muy claros los que tenemos con esta remodelación de la feria. A saber: a) Crear una oferta atractiva para el profesional del sector ecológico; b) Atraer nuevos visitantes del canal convencional; c) Fidelización de los que habitualmente ya visitan la feria, que, en su mayoría, son personas del sector ecológico: tiendas, prescriptores, operarios, importadores, productores, o clientes ya habituales”.
NETWORKING
Desde la dirección de la feria nos confirman que “está previsto un espacio Networking y una batería de actividades B2B, segmentadas y temáticas. Fruto de esta colaboración y complicidad con las entidades representativas españolas, estamos convencidos de que esta novedad atraerá a un número más elevado de profesionales. Pero ello no significa que vayamos a dejar desatendido al público consumidor, tan necesario para mostrar novedades y tomar el pulso en directo del consumo y sus tendencias. Vamos a dar un impulso fuerte al mundo profesional, pero sin restar actividades para el público consumidor. Hay que sumar, no restar”.
EMPRENDIMIENTO
BioCultura, según sus responsables, “ha demostrado su capacidad de concentrar muchas historias de emprendimiento y de casos de éxito, y se ha ganado ser el principal escenario donde ocurren cosas que aportan humanidad, impacto y autenticidad. Porque no conecta únicamente a empresas y productos, sino que también agrega valor, reuniendo en un mismo espacio a los grandes expertos, las voces más influyentes y las tendencias que están definiendo el presente y el futuro de nuestro sector”. Y añaden: “Cada ponencia, cada taller y cada conversación se convierte en una oportunidad para inspirarse, aprender y evolucionar. Los/as asistentes se llevan mucho más que tarjetas de visita o acuerdos comerciales: se llevan la mochila cargada de ideas, insights y herramientas que pueden aplicar en su día a día, multiplicando el impacto de su participación en la feria. Este año, y a partir de ahora, vamos a hacer hincapié en el sector profesional. Pero sin olvidar a nuestro público de siempre y a esos otros públicos que se acercan a BioCultura y descubren un mundo nuevo y esperanzador”.
UNA NECESIDAD
“Motivar a los profesionales para que sigan ensanchando las fronteras del sector ecológico no es una quimera. Es una necesidad. En España, somos, principalmente, productores. Nuestra gran asignatura pendiente es el comercio interno del alimento orgánico. Para llegar a las cifras de consumo per cápita que tienen Alemania, Dinamarca o Francia es necesario seguir insistiendo en expandir la profesionalización del sector. Esperamos ser capaces de motivar a los que ya están trabajando en el mundo ‘bio’ y a los que, de forma inminente, quieren emprender en él y/o ser sus profesionales y sus trabajadores. Todo ello sin olvidar que vamos a seguir insistiendo en redoblar esfuerzos para que el contenido de BioCultura llegue también a los medios de información más generalistas y también a los especializados. La feria es un altavoz para el sector ecológico. Ahora, lo va a ser también desde un prisma más profesional”, señalan desde BioCultura.