Galicia desembarcará en Madrid con su producción «bio»
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Este libro no es una novedad editorial. Pero Pedro Burruezo se lo ha leído este verano. Y de su lectura extrae conclusiones que interesarán a los lectores de “El Ecomensajero Digital”. Un libro de Planeta Divulgación cuyo contenido es sabio y nos hace reflexionar sobre qué vida llevamos y qué vejez queremos tener.
Pero lo más novedoso podría ser la fuerte correlación entre la enfermedad de Alzheimer y factores antes considerados como irrelevantes o al menos no fundamentales, como el desarrollo lingüístico en la juventud, el ejercicio intelectual o factores más “intangibles” como la emocionalidad o actitud ante la vida. En definitiva, el estudio de las monjas demuestra que la enfermedad de Alzheimer se desarrolla tras un proceso que puede durar toda la vida del individuo y que es el resultado de las experiencias vividas por el cerebro a través de factores decisivos como el ejercicio mental, el uso y desarrollo del lenguaje, la alimentación, las experiencias y actitudes emocionales, etc. El estudio demuestra sobre todo que el papel de la herencia puede ser derrotado por el de la cultura o, más bien, que son ambos en conjunto los que modelan el cuerpo y la mente del individuo…
Dr David Snowdon
Nos quieren hacer creer que los genes lo son todo. Y, en enfermedades como el Alzheimer, más todavía. Pero trabajos como el que presenta el doctor David Snowdon en este libro nos ayudan a entender que nuestra salud, en general, depende mucho más del ambiente, de la cultura, de lo que comemos, de cómo vivimos… La opinión de que nuestros genes nos condicionan por encima de muchas otras cosas está ampliamente extendida en nuestra sociedad y no es una idea neutral. Es malintencionada, tendenciosa. Se fomenta la idea de que las enfermedades o la salud, el carácter, la inteligencia, etc., vienen determinadas en su mayor parte por los genes. Pero los epidemiólogos como el doctor Snowdon están realizando trabajos que desmienten tales ideas. Hoy sabemos, por ejemplo, que el 98% de las enfermedades que la población padece obedece a un conjunto de factores genéticos y ambientales que se mezclan e interrelacionan, incluyéndose en ese porcentaje la mayoría de las enfermedades consideradas generalmente como “hereditarias”, por ejemplo el cáncer, la diabetes o el Alzheimer. Yo diría, incluso, después de leer este libro y muchos otros trabajos, que el ambiente tiene más peso en nuestras enfermedades que la carga hereditaria. Pero con el Alzheimer la cosa es más profunda todavía. Si la complejidad de los procesos que dan lugar a las enfermedades es grande, la complejidad del cerebro y la mente es aún mayor y, por tanto, el Alzheimer es una patología notoriamente compleja, difusa… El libro “678 monjas y un científico” demuestra que una enfermedad como el Alzheimer, cuya base genética es bien conocida, se desarrolla tras un proceso que puede durar toda la vida del individuo y que se ve afectado por factores diversos.
LOS FACTORES DE LA ENFERMEDAD
El doctor Snowdon, como epidemiólogo, busca tendencias, nexos de unión que permitan entender por qué unas monjas enfermaron de Alzheimer y otras no. ¿Qué pasó? Tenían estilos de vida muy parecidos, entraron en la congregación a edades similares, se alimentaban con productos idénticos, ninguna de ellas estaba casada, no habían tenido hijos… ¿Por qué unas desarrollaron la enfermedad y las otras se libraron? Pero esta no es la única pregunta… ¿Por qué las monjas tuvieron, en general, una buena salud durante todas sus vidas? ¿Por qué entre ellas se dieron casos, en un porcentaje notable, de personas con una gran lucidez física y mental incluso a partir de los 90 años? El libro nos da respuestas. Por lo que publica e, incluso, por lo que calla.
ALGUNAS CONCLUSIONES
Me permito extraer algunas conclusiones de esta magnífica obra que nos ayuda a entender el Alzheimer y la epidemiología…
-En el Alzheimer y en la salud en general, la alimentación importa. Si quieres vivir más y mejor, aliméntate bien, con productos ecológicos, locales, naturales, no procesados, no industriales, etc. Come muchas frutas y verduras, legumbres, etc.
-El doctor Snowdon tenía muchos datos de las monjas y obtuvo muchos más con sus trabajos. Pero utilizó también los que ya tenía. Como por ejemplo las biografías y escritos que redactaron las monjas a lo largo de su vida en la congregación. Las que escribían de una forma más compleja, más rica, con más densidad de ideas, con menos monosílabos… padecieron menos la enfermedad.
-Dentro de la congregación y en los diferentes conventos, cada monja tenía papeles diferentes. Algunas monjas se dedicaron toda su vida a tareas muy sencillas. Otras asumieron nuevos retos en sus trabajos, en sus estudios, en sus deberes… Salvo las excepciones que confirman la regla, puede decirse que las monjas que tuvieron una vida más activa, más estudiosa, más comprometida… se libraron más y mejor de la enfermedad del Alzheimer.
-El estilo de vida es importante. El estrés es muy perturbador y muy nocivo. Yo diría que el peor de todos es el estrés emocional (algo que, en la sociedad moderna, es el pan nuestro de cada día). La vida de las monjas estudiadas estaba casi por completo exento de estrés. No se puede concluir que esas personas no tengan problemas, obviamente. Pero, en cualquier caso, su vida ajena a falacias sentimentales y su recogimiento ante la locura del mundo han inmunizado a muchas de ellas de muchas patologías, permitiéndoles vivir más y mejor que muchos de sus compatriotas estadounidenses. Padecían problemas, pero respondían a ellos, en la mayoría de los casos, de forma mucho más madura que el occidental medio.
-Si tu cuerpo ya no asimila bien los nutrientes, y si tu dieta no es lo suficientemente rica en determinados oligoelementos y vitaminas, dale un refuerzo con suplementos de ácido fólico y de Vitamina E.
-Haz ejercicio. Físico y mental. El ejercicio físico moderado, pero cotidiano, es un arma eficaz para luchar contra muchas enfermedades. El ejercicio mental también es muy saludable. Date baños de bosques, de naturaleza, de vida.
-Vive dándole un sentido a tu vida. Sé positivo. Las monjas más alegres y vivarachas se libraron más y mejor del Alzheimer y de otras enfermedades que las más nihilistas. Pero como en realidad casi todas las hermanas tenían una actitud de ilusión y de esperanza, eso ejerció como una inmejorable “vacuna” contra el Alzheimer y otras enfermedades en la comunidad.
-Si has padecido depresión, un ictus… las posibilidades de padecer de Alzheimer son mayores. Pero no hay nada escrito. Porque el Alzheimer se desarrolla, o no, a lo largo de toda una vida. Por lo tanto, si has sufrido depresión o ictus… compensa ese deterioro con todo lo que hemos explicado en los anteriores guiones. Ni siquiera esos problemas determinan que vayas a padecer Alzheimer o no. Actúa preventivamente. Vive supersaludablemente y sé consciente en todo momento.
LA SALUD Y LA COMODIDAD
Del estudio del doctor Snowdon se puede extraer, también, que la comodidad es un gran peligro para la salud y el equilibrio. Aspiramos a vivir lo más cómodamente posible, pero esto es un arma de doble filo. Un sofá puede ser, si abusamos de él, muy nocivo para nuestro cuerpo. La pasividad también es destructora. Asumir nuevos retos, desafíos, estudiar, utilizar lenguajes complejos, leer… nos inmuniza. También nos “vacuna” tener una actitud de empatía hacia los demás. El que ayuda al otro también se ayuda a sí mismo. La ayuda desinteresada al otro segrega en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo sustancias que actúan de forma milagrosa contra los radicales libres, el envejecimiento prematuro y la enfermedad. Y luego está la fe: la espiritualidad profunda y sincera ayuda a sortear al creyente las vicisitudes de la vida (particular y global) de una forma más entregada, amorosa, armónica. Las monjas estudiadas padecieron menos de Alzheimer que la población general. Y tuvieron vidas más longevas y más independientes que la mayoría de la población. Los genes importan, pero importa mucho más el ambiente. Y la comunidad. La familia es muy importante. Los amigos, la vida social. Pertenecer a una comunidad es básico. Ver el mundo como una unidad… es sanador. Estamos describiendo un tipo de vida en las antípodas del mundo moderno. Por ello, en la sociedad de masas el Alzheimer se ha disparado. Y lo seguirá haciendo. El que quiera entender… que entienda. Ah, por cierto, el libro está escrito en un tono muy ameno y divulgador, y la traducción de Diago/Debritto es brillante.